El volumen de cebolla Figueres recolectado por los socios de Cebacat es un 37 por ciento inferior al que inicialmente se había previsto desde la Asociación de Productores y Comercializadores de Cebolla de Catalunya. Una situación que se augura muy similar para la variedad Recas que, precisamente ahora incia la campaña de recolección en las comarcas de Lleida.
La razón cabe buscarla en las elevadas temperaturas que entre los meses de junio y agosto han provocado una paralización del crecimiento vegetativo de las plantas (especialmente durante la formación del bulbo) que ha derivado, durante la cosecha, en una producción de más pequeños calibres, incluso inferiores a los 60 mm, de difícil comercialización.
Así pues, desde Cebacat se considera que esta campaña de comercialización estará marcada por la falta de cebolla de calibres grandes. Este hecho incidirá decididamente sobre los precios de la cebolla ya que las centrales se encontraran con un elevado volumen de producción no comercial.
Aunque la calidad del producto que se ha obtenido se encuentra dentro de los parámetros que se consideran normales, las elevadas temperaturas no sólo han incidido en los calibres, sino que han originado un grado de deshidratación de la cebolla superior y con ello una reducción de las pieles que caracterizan este producto. Este hecho se puede traducir durante la campaña de comercialización en una apariencia menos apropiada, aunque ello no incide en las calidades organolépticas del producto.
Asimismo, y en lo que se refiere a la campaña de recolección cabe indicar que si bien se está desarrollando sin incidencias, lo cierto es que las elevadas temperaturas han obligado a adaptar los ritmos de recolección, un hecho que incidirá también de forma negativa sobre los costes de recolección de la cebolla. Estos costes se sumaran a las mermas por calibre que difícilmente se podrán repercutir en los precios finales del producto.
Esta situación ha afectado de forma muy importante al sector que está desde hace dos años sumido en una profunda crisis que se inició con las heladas del 2001 y que se agudizó con los precios a los que se comercializó la producción la pasada campaña (en la variedad Recas, incluso por debajo de los costes de producción). Cabe destacar que esta situación compromete a varias empresas ya que según se indicaba desde Cebacat, todavía no se han percibido las indemnizaciones de Enesa por las heladas del 2001.
Precisamente estas temperaturas tan dispares entre una y otra campaña han llevado a Cebacat a plantear a Agroseguro que en el próximo plan trienal 2004-2006 se tenga en cuenta el denominado «Cop de Calor», es decir la llegada a temperaturas extremas en campo que merman notablemente la producción. Un riesgo que sin duda podría ayudar a hacer más atractiva la contratación de pólizas para este cultivo.
En el contexto general, cabe destacar que las noticias que llegan del resto de zonas productoras de España apuntan a una situación muy similar a la que se vive en Catalunya ya que las elevadas temperaturas han incidido determinantemente en la cosecha. En el resto de Europa la situación no es más halagüeña, aunque en zonas como Holanda, Francia o Italia apenas se ha iniciado la recolección de la cebolla.
Lleida, 18 d agost de 2003
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