El sistema de identificación del origen de ciertos productos agrarios, entre ellos las carnes, que se quiere poner en marcha en EEUU, sigue generando polémica. El Tribunal de Cuentas de EEUU acaba de emitir un informe en el que critica los cálculos del Departamento de Agricultura (USDA) sobre le coste de su puesta en marcha.
Al Tribunal se le pidió que identificara los programas existentes que podrían ser útiles al USDA para poner en marcha el programa, que actualizar la investigación realizada por el USDA en 1998 sobre las prácticas de etiquetado en el origen de los principales socios comerciales y que auditara los costes estimados por el USDA para el registro de datos durante el primer año.
Según el informe, la estimación del USDA de que el coste de la tarea administrativa le supondría a la industria 1.900 millones de dólares durante el primer año de aplicación del sistema, es cuestionables y no está bien documentada.
Asimismo, el informe ha visto que los más de 57 socios comerciales de EEUU tienen algún sistema de etiquetado de origen para uno o más productos. La mayor parte de los países realizan inspecciones de rutina e imponen multas por violaciones en el etiquetado..
El sistema de identificación del origen es conocido por sus siglas en inglés como COOL. Actualmente se puede aplicar de forma voluntaria pero a partir del 1 de octubre del año próximo se tendrá que establecer de forma obligatoria. Afecta a las carnes de vacuno, porcino y ovino, a ciertas frutas y hortalizas, ciertos pescados y crustáceos y a los cacahuetes.
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