La Comisión Europea presentará probablemente en el Colegio de Comisarios del 23 de septiembre un documento de alternativas para el sector del azúcar al objeto de abrir el debate sobre el futuro del sector, con vistas a acometer una reforma de la actual organización común de mercado (OCM).

El sector del azúcar se enfrenta a tres grandes retos en los próximos años;

– El acuerdo “Todo Menos las Armas” (EBA) de liberalización comercial con los países menos avanzados (PMA), que tras un periodo transitorio en el que habrá contingentes de importación, llevará finalmente en que en 2009 la UE deberá liberalizar totalmente sus importaciones de azúcar proveniente de esos países, algunos de los cuales son ya productores de azúcar y con gran potencial de crecimiento y exportación. A partir del 2007 las importaciones de los PMA podrían ya a comenzar a desestabilizar gravemente el mercado comunitario.

– El litigio dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC)de varios países contra la UE por sus exportaciones de azúcar C, que consideran indirectamente subvencionadas y por la reexportación de azúcar de los países con los que la UE mantiene acuerdos preferenciales dentro de Tratado de Lomé (ACP). Este litigio, cuya resolución llevará todavía muchos meses, sería probablemente, en caso de ser desfavorable a la UE, desencadenante de medidas restrictivas dentro de la actual OCM.

– Las actuales negociaciones de la OMC, que de concluirse con éxito, sin duda llevarán a reducción de aranceles y reducción de ayudas a la exportación; medidas ambas que sin duda tendrán un impacto importante en el sector del azúcar.

Ante esta situación, la Comisión propone tres escenarios posibles, dos de ellos extremos: No hacer nada o eliminar totalmente el actual sistema de pecios y cuotas, y otra intermedia por la que, en principio, parece decantarse:

1.- Mantener el status quo; no hacer nada y dejar la OCM tal y como está, con sus cuotas y precios. En este caso, el elevado precio de la UE atraerá cada vez más las importaciones de países terceros que no se podrán detener por los menores aranceles que se acuerden en la OMC y de los aranceles nulos para los países menos desarrollados por el acuerdo EBA. Por otra parte, las exportaciones estarán muy limitadas por la gran diferencia de precios y las restricciones de la OMC. Además, aplicando la actual reglamentación se aplicarían cada año suspensiones (reducciones) de la cuota, que cada año sería menor a medida que las importaciones fueran mayores, quedando a largo plazo el azúcar de cuota ahogado por el de importación

2.- Eliminar el actual sistema de precios y cuotas, dejando en libertad tanto la producción como los precios del azúcar y la remolacha. Esto adaptaría el sector a la nueva situación a costa de una drástica reconversión, que probablemente haría desaparecer completamente la industria y el cultivo en varios países de la UE, si no de toda la UE a largo plazo. Además la renta de los productores bajaría drásticamente y sería incierta, dependiendo de la situación de cada campaña.

3.- La propuesta intermedia consistiría en adaptar el régimen actual reduciendo los precios del azúcar y la remolacha, contemplando a largo plazo también la desaparición de las cuotas. En este caso, las importaciones serían menos atractivas por una menor diferencia de precios. Para compensar la caída de rentas de los productores se contemplaría la introducción de una ayuda desacoplada en la línea de la última Reforma de la PAC. Esta propuesta también implica una fuerte reconversión del sector comunitario y estaría por ver que consiguiera la permanencia del cultivo y la industria y en que países y zonas, que serían solo las más competitivas. La cuantía de la reducción de precios y de la ruada desacoplada estaría por determinar.