Hasta ahora Nueva Zelanda era uno de los pocos países productores de porcino en el que no se había detectado la presencia del Síndrome de adelgazamiento post-destete (PMWS = Post-weaning Multi-systemic Wasting Syndrome). Sin embargo, los síntomas clínicos detectados en los cerdos destetados de una explotación han hecho sospechar que se pueda tratar de esta enfermedad.
Se trata de una enfermedad compleja y todavía bastante desconocida, por lo que la confirmación del diagnóstico es complicado y todavía tardará algún tiempo. El origen de la enfermedad todavía no ha sido claramente identificado por los científicos, aunque si se ha probado que el Circovirus porcino del tipo 2 (PCV2) juega un papel muy importante en la misma.
Los síntomas clínicos pueden ser asociados con al menos otras dos enfermedades víricas porcinas, el virus del síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRSV) y el parvovirus porcino (PPV). Ésta última y el PCV2 ya presentes en Nueva Zelanda. Los primeros análisis han descartado que se trate de PRRSV. Mientras continúan las investigaciones, la explotación sospechosa se está manteniendo bajo restricción.
El PMWS no se transmite al hombre pero es considerado actualmente como una de las enfermedades de mayor impacto económico en el sector porcino. Fue inicialmente reconocida en Canadá en 1996, aunque con carácter retrospectivo fue diagnosticada por primera vez en 1985. En España se diagnosticó en 1997. Además de en estos dos países, se ha detectado en el Reino Unido, Francia, EEUU, Austria, Dinamarca, Irlanda, Italia, Países bajos, Japón Corea, Portugal, Taiwán, Bélgica, Lituania y Tailandia.
Los síntomas clínicos varían mucho de una explotación a otra. Las tasas de mortalidad pueden fluctuar mucho de una granja a otra. Puede afectar a cualquier cabaña con independencia de su estatus sanitario o su sistema de producción. El desarrollo de la enfermedad suele ser lento. Afecta a animales entre las 6 y 14 semanas, aunque también pueden acusarla animales por encima de las 20 semanas. Los síntomas son muy variados: adelgazamiento, depresión, falta de apetito, afecciones respiratorias, diarrea, aspecto pálido o con ictericia, entre otros. Sin embargo, a veces el único síntoma es una muerte repentina. Afecta entre un 3 a un 50% de la cabaña y más del 80% de los cerdos afectados muere. Son frecuentes enfermedades secundarias como la de Glässers, meningitis, neumonía, pleuroneumonía y salmonelosis.
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