Un estudio realizado por el Centro de Investigación de Lethbridge, en Canadá, ha puesto de manifiesto que el aceite de girasol, que es una grasa con elevado contenido en ácido linoleico, utilizado en la dieta de los animales vacuno, mejora considerablemente su crecimiento y la calidad de la canal. Se ha comprobado que sustituyendo un 6% de materia seca de una dieta basada en cebada con aceite de girasol se mejora en un 13% la ganancia media diaria y en un 7% la eficacia de la alimentación.
El Dr. McAllister ha llegado a estas conclusiones tras un estudio de tres años en el que ha ido analizando varios aditivos en relación a su potencial para reducir los protozoos en el rumen. Los rumiantes tienen la capacidad de obtener energía de alimentos que no son digeribles por otros animales, pero en contrapartida, su eficacia alimentaria es normalmente baja debido a la naturaleza indigestible de muchos de los alimentos que consumen.
Dentro de los microorganismos que hay en el rumen, unos contribuyen a la digestión de la fibra mientras que otros son depredadores de las bacterias beneficiosas del rumen. Pasados estudios han demostrado que el protozoo Entodinium spp es la especie predominantemente responsable de consumir las bacterias del rumen de los vacunos alimentados con dietas basadas en cebada.
Dentro de los distintos aditivos que se han analizado están los extractos de plantas, la bentonita, los ácidos grasos y los agentes bioactivos. Se ha visto que los ácidos grasos insaturados de cadena larga, especialmente el acido linoleico tiene un efecto de inhibir protozoos sin afectar negativamente a las bacterias del rumen.
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