Con motivo de la aparición del primer caso de EEB en EEUU y aunque las autoridades estadounidenses mantienen que la vaca afectada se contaminó en Canadá de donde era originaria, la Agencia de Seguridad Alimentaría de EEUU (FDA) ha establecido nuevas normas en relación con la EEB. Dichas normas, que buscan establecer un marco más estricto y seguro, abarcan dos aspectos, uno referido a la alimentación de los rumiantes y otro en relación con los productos aptos para el consumo humano.
En relación con la alimentación de los rumiantes, una de las novedades es que se va a prohibir la utilización de sangre y productos derivados de la sangre de rumiante en la alimentación de éstos. El motivo es porque se cree que la sangre podría contener la infección.
También se va a excluir de la alimentación de los rumiantes la basura de pollo. Dicha basura contiene cama, restos de pienso, plumas y materia fecal. Esta es una práctica habitual en zonas con gran producción de vacuno y de pollos, como es el caso del estado de California, donde cada año 80.000 tn de basura de pollo se destina a proporcionar alimento a los rumiantes. Se ha optado por prohibir esta práctica porque los rumiantes pueden recibir de forma indirecta proteína de rumiante, bien vía los restos de pienso o bien vía las heces contenidas en la basura, dado que los pollos pueden ser alimentados con harinas de rumiante.
La tercera prohibición establecida en la alimentación de los rumiantes es la de no permitir el uso de desperdicios de cocina, por el mismo motivo anterior de que los rumiantes pueden terminar comiendo proteína de rumiante.
Estas medidas en relación con la alimentación de los rumiantes han recibido una buena acogida por la Unión de Consumidores de EEUU, aunque consideran que son insuficientes. En EEUU, los rumiantes no pueden tomar proteínas de otros rumiantes pero sí de otros animales. Por su parte, los cerdos y aves pueden ser alimentados con proteínas animales tanto de rumiantes como de monogástricos. En consecuencia, la Unión de Consumidores considera que es un círculo que se cierra, dado que una vaca puede comer pienso que proceda de restos de porcino, animal que cuando estaba vivo podía haber consumido pienso de rumiante. En la UE está prohibido que los animales de producción tomen proteínas animales.
Otra de las medidas de las nuevas normas es que las plantas de elaboración de alimentos para animales tendrán que contar con líneas de producción separadas para la elaboración de alimentos para rumiantes, si en la elaboración de alimentos para monogástricos utilizan proteínas prohibidas en rumiantes. El objetivo es evitar la contaminación cruzada.
En cuanto a las medidas en relación a la alimentación humana, se ha elaborado una lista de productos no aptos para el consumo humano:
– El cerebro, el cráneo, los ojos y la médula de los vacunos de más de 30 meses.
– Las amígdalas y cierta parte del intestino delgado de los vacunos de cualquier edad.
– La carne recuperada mecánicamente. En el caso de la carne que se obtiene por un método avanzado que la corta de lo huesos, no se aplica la prohibición.
Tampoco es apto para el consumo humano, así como tampoco para productos cosméticos o suplementos dietéticos, el ganado muerto en la explotación o que no puede andar.
Para conseguir el cumplimiento de estas nuevas normas, la FDA tiene previsto la realización de 2.800 inspecciones, así como 3.800 inspecciones que realizarán los estados.
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