Un estudio realizado por la Universidad canadiense de Manitoba ha puesto de manifiesto que la alimentación nocturna de los terneros durante el invierno puede mejorar la tasa de ganancia de peso en relación con la clásica alimentación diurna. La Directora del proyecto, Dra. Kennedy, comprobó que varios grupos de terneros alimentados después de las 8 de la tarde incrementaban la tasa de ganancia de peso entre un 9 a un 28% y hasta un 6% la eficacia de la alimentación, frente a grupos similares de ganado alimentados durante el día.
Los animales vacunos tienden a aclimatarse a las temperaturas frías, para lo cual parte de la energía que tendría que destinarse a la producción de músculo se destina a la producción de calor. La clave de este estudio es que el proceso de digestión produce calor. Al dar de comer a los animales por la noche, la digestión de estos alimentos genera calor que se utiliza en mantener la temperatura del cuerpo, por lo que más energía se puede destinar a la producción de músculo. Se trata realmente de querer engañar al metabolismo del cuerpo.
El estudio se llevó a cabo durante dos inviernos, con 500 animales vacunos cruzados, situados en tres diferentes explotaciones en dos provincias canadienses.
Los resultados de este estudio son preliminares, dado que ahora se quiere analizar como afecta otros factores, como son las temperaturas variables del invierno, los métodos de alimentación (ad libitum versus alimentación restringida) y los cambios de comportamiento de los animales en invierno.
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