20 de febrero de 2004.- La Unió-COAG denuncia que el número de ocupados en el sector agrario de la Comunidad Valenciana se ha reducido en 2.800 personas en 2003 respecto a 2002 (-0,04%), lo que representa una desaceleración del ritmo de destrucción de empleo registrado en 2002 (-0,05%), según la Encuesta de Población Activa. Durante 2003 un total de 68.180 personas estuvieron trabajando en la agricultura y ganadería valenciana.
Joan Brusca, secretario general de La Unió-COAG, señala que “estos datos reflejan que el sector agrario valenciano se encuentra sumido en una grave crisis que provoca la destrucción de empleo, en un marco en el que por el contrario la creación de puestos de trabajo en el conjunto de la economía se ha desarrollado en 2003 a un ritmo del 2,07%. O la Generalitat hace algo, con el apoyo del conjunto del sector, o dentro de unos años no queda nadie trabajando en la agricultura”.
Estos datos se traducen también en una pérdida de peso del sector agrario valenciano en el empleo total, pasando del 4,06% en 2002 al 3,82 en 2003. Esto es debido a que el número total de ocupados en la Comunidad Valenciana se ha incrementado, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en más 140.780 de personas en los últimos cuatro años, en un contexto de crecimiento económico sostenido. Joan Brusca dice que “lamentablemente el único sector que ha perdido empleo en este período ha sido el agrario, con un descenso en el número de ocupados de 12.130 personas”.
En los últimos ocho años (1996-2003) el número de ocupados en la agricultura se ha reducido en 20.130 personas (-23%), pasando de 88.300 a 68.180, continuando una tendencia acelerada de pérdida de peso del sector agrario en la economía. Las consecuencias de esta pérdida de empleo agrario son importantes para muchas zonas agrícolas y rurales de nuestra comunidad autónoma, en las que la pérdida de población puede llevarlas a la desertificación humana y a la parálisis económica.
El porcentaje de ocupados agrarios sobre el total en la CV ha pasado en estos últimos ocho años del 6,66% al 3,82% en 2003, es decir, prácticamente a la mitad, lo que indica que los agricultores y ganaderos son cada vez más una minoría dentro de la sociedad.
La tasa de paro agrario en 2003 fue del 9,7%, mucho más elevada que la media de sectores no primarios que es del 8,65%. El resto, hasta llegar a la tasa general de paro del 10,81%, corresponde a los que buscan su primer empleo o han dejado su último empleo hace tres años o más.
Joan Brusca afirma que “a la vista de los datos resulta muy difícil adivinar la cifra de ocupados en la que podría estabilizarse el sector agrario valenciano, aunque se puede prever que la cifra actual seguirá descendiendo, dada la elevada media de edad de la población activa agraria y la ausencia de relevo generacional. Esta situación es muy grave en cuanto afecta no solo a la agricultura, sino también al porvenir de extensas zonas rurales de nuestro territorio.”
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