Madrid, 5 de
marzo de 2004. La coexistencia entre cultivos de maíz Bt modificados
genéticamente y cultivos convencionales y orgánicos es posible, si se sigue la
recomendación de Buenas Prácticas Agrícolas de la Asociación Profesional de
Empresas Productoras de Semillas Selectas (Aprose) de separar 25 metros, o
cuatro surcos, ambos cultivos en campos inferiores a un hectárea. Esta
asociación recomienda establecer una separación de 25 m siempre que sea posible
y en caso contrario, establecer una barrera de 4 surcos de maíz no transgénico
si la superficie del campo colindante es menor a 1 Ha.
El Instituto
de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) ha realizado estas
afirmaciones tras analizar los resultados de un ensayo de campo realizado en
Ivars d´Urgell (Lleida) durante la campaña de 2003. La Fundación Antama, en
colaboración con el IRTA organizó el pasado mes de septiembre una visita a este
campo de ensayo en la que participaron más de 60 periodistas españoles y
europeos.
Cómo se hizo el ensayo
En julio de
2003, investigadores del Departamento de Genética Vegetal del IRTA de Cabrils
(Barcelona), conjuntamente con IRTAgen y el Departamento de Agricultura y
Ganadería y Pesca de la Generalitat de Catalunya, realizaron un ensayo de campo
para evaluar el flujo de polen, y por tanto de genes, entre un campo de maíz Bt
modificado genéticamente y otro de maíz convencional. La empresa Syngenta
colaboró en este ensayo proporcionando las semillas y en la gestión del campo de
maíz.
En un campo
de una superficie de 7,5 has., una superficie equivalente a 8 veces un campo de
fútbol del tamaño del Camp Nou, se sembró un cuadrado de maíz transgénico Bt, de
la variedad Compa de 50×50 metros de superficie (0,25 ha). Éste campo se rodeó
con maíz convencional Brasco.
Se eligieron
estas dos variedades por ser totalmente compatibles, es decir, con el mismo
ciclo de vida y que florecían simultáneamente, para garantizar el máximo nivel
de fecundación entre ambos campos. Una vez que el cultivo se encontró en su fase
de maduración, se tomaron 205 muestras de maíz a 1, 2, 5 y 10 metros de
distancia desde todos los lados del cuadrado sembrado con maíz Bt y otras
repartidas por el resto del campo Las muestras se desgranaron y trituraron
individualmente para analizar después en cada una de ellas la presencia de maíz
Bt.
Resultados obtenidos
● En la
dirección de los vientos dominantes (Noreste) a 10 metros de distancia del campo
de maíz transgénico el promedio de maíz Bt en las muestras analizadas era
inferior al 0,9%
● En la
dirección opuesta de los vientos dominantes los valores medios inferiores a 0,9%
de maíz Bt se encontraron a 2 metros de distancia.
● Asimismo,
repartidas por el campo, sin relación aparente con la influencia del viento y a
distancias alejadas del núcleo de maíz transgénico se recogieron muestras con
valores de flujo que no superan el 0,2 % de maíz Bt.
Conclusiones
Nota: (Aquí
es necesario tener como referencia los cuadrados bordeados en rojo, azul y verde
que aparecen en el gráfico)
● 1) Si
tomamos como referencia el cuadrado rojo,
que representa un campo de una hectárea situado al Noreste del campo
transgénico, la zona de vientos dominantes, el flujo medio de polen de maíz Bt
en todo el campo es de 0,83%
è
El agricultor no debería etiquetar esta cosecha como transgénica (*)
● 2) Si
tomamos como referencia el cuadrado verde,
que representa un campo situado al Noreste del campo transgénico de igual tamaño
que el campo de maíz transgénico, es decir 0,25 hectáreas, el flujo medio total
de polen de maíz Bt en todo el campo es de 1,77%
è
El agricultor sí debería etiquetar esta cosecha como transgénica
● 2) Si
tomamos como referencia el cuadrado azul,
que representa a un campo situado al Noreste del campo transgénico de igual
tamaño que el campo de maíz transgénico, es decir 0,25 hectáreas, pero que se ha
cultivado dejando 6 metros de distancia con el campo de maíz transgénico, el
flujo medio total de polen de maíz Bt en todo el campo es de 0,77%
è
El agricultor no debería etiquetar esta cosecha como transgénica
Recomendaciones para el agricultor
A la luz de
los datos disponibles, el IRTA afirma como conclusión a su estudio que si se
siguen las recomendaciones propuestas por la Asociación de Productores de
Semillas (Aprose), de establecer una separación de 25 m siempre que sea posible
y en caso contrario, establecer una barrera de 4 surcos de maíz no transgénico
si la superficie del campo colindante es menor a 1 Ha, la coexistencia es
posible.
Futuros ensayos
Este ensayo
ha puesto de manifiesto el importante efecto del viento registrado en la zona
durante la época de floración en la que viajó el polen. Por ello, es conveniente
realizar más ensayos en años sucesivos para confirmar los datos obtenidos y para
estudiar otras variables: el tamaño del campo transgénico, el comportamiento de
la variedad, la coincidencia de la floración, y también el efecto de otras
fuentes de mezcla como la maquinaria, el almacenamiento, o la permanencia de
semillas fértiles en el campo para ciclos posteriores.
(*) Según
la legislación de la Unión Europea es obligatorio etiquetar una cosecha como
transgénica si el porcentaje de maíz modificado genéticamente detectado es
superior al 0´9%
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