A las embarazas se les recomiendan que no tomen embutidos por el riesgo de contraer toxoplasmosis, que pueden provocar daños graves en el feto. Esta afección está producida por Toxplasma gondii, que puede llegar a los humanos a través del consumo de carne poco cocinada, como es el caso de los embutidos de cerdo.
Por este motivo, científicos de la Universidad canadiense de Guelph están desarrollando un protocolo rápido y efectivo para analizar la presencia de la bacteria. El objetivo es poder llegar a comercializar carne de cerdo que pueda certificarse como libre de toxoplasma.
Como primer paso han evaluado el grado de implantación del protozoo en la cabaña porcina de la provincia canadiense de Ontario. El resultado ha sido que dicho grado es inferior a un 1%.
Los actuales métodos de análisis de toxoplasmosis tienen el problema de que animales libres de la enfermedad a veces dan como positivos. Los investigadores están utilizando un método de análisis de anticuerpos. Un elevado nivel de anticuerpos significa que los quistes se han desarrollado en el tejido muscular del cerdo, lo cual es síntoma de que el animal está infectado por la enfermedad.
También se ha comprobado que las granjas que tienen gatos, el grado de infección en cerdos es más elevado, dado que éstos pueden infectarse si se exponen a deyecciones de gatos que pueden contener la infección.
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