La industria del porcino de Nueva Zelanda esta pidiendo a los ganaderos que colaboren con una aportación económica para evitar la propagación del síndrome de adelgazamiento post-destete (PMWS por sus siglas en ingles) en el país. Se baraja que se podría imponer una tasa de entre 0,19 a 0,4 €/kg de cerdo sacrificado (entre 32 a 67 ptas/kg) para poder financiar un programa de erradicación, según la información recogida por el New Zealand Herald. Esta tasa se cobraría durante un período de 7 a 10 años.
La enfermedad se confirmó por primera vez en el país en septiembre del año pasado, aunque se ha apuntado que ya se tenía constancia de la misma antes de esa fecha. Hasta el momento, todos los casos detectados se han localizado en la Isla del Norte. La industria busca un programa que evite que el sur pueda infectarse también.
El Ministerio de Agricultura neocelandés no ve con buenos ojos esta iniciativa de la industria, por considerar que la enfermedad no puede eliminarse totalmente al carecer de un test que puedan confirmar que la afección se ha erradicado. Por su parte, la industria no se resigna a la solución de la administración, de esperar dos años para poder contar con una estrategia de actuación.
El PMWS no se transmite al hombre pero es considerado actualmente como una de las enfermedades de mayor impacto económico en el sector porcino. Fue inicialmente reconocida en Canadá en 1996, aunque con carácter retrospectivo fue diagnosticada por primera vez en 1985. En España se diagnosticó en 1997. Además de en estos dos países, se ha detectado en el Reino Unido, Francia, EEUU, Austria, Dinamarca, Irlanda, Italia, Países Bajos, Japón Corea, Portugal, Taiwán, Bélgica, Lituania Tailandia y ahora también, en Nueva Zelanda.
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