Las diferentes variedades de pastos perennes de ray-grass, en función de su contenido en hidratos de carbono no suponen que las vacas lecheras pasten más o menos forrajes. Asimismo, las características de degradabilidad de la membrana celular no muestran diferencias entre las variedades. Estas son dos de las conclusiones más significativas del estudio llevado a cabo por la Universidad de Wageningen (Países Bajos).
La ingesta de materia seca y por tanto, de proteína y energía, es un factor limitante en la producción láctea. Para aumentar la producción, generalmente a las vacas que pastan se les suelen proporcionar suplementos alimenticios, como son los concentrados y ensilados de maíz.
En el estudio se examinó la motivación para comer. Se supuso que habría más motivación para comer, cuanto más sabor tuviera el pasto y por tanto, cuanto mayor fuera su contenido de carbohidratos hidrosolubles. También se analizó la capacidad de digestión del rumen. Se supuso que las plantas que tuvieran más digestible la pared celular, atravesarían más rápidamente el rumen, por lo que aumentaría la capacidad de procesado y por tanto, la ingestión de hierba.
Se analizaron diferentes variedades de ray-grass, con vacas estabuladas y con vacas en pastos. En cada experimento se dispuso una única variedad, disponible ad libitum, en períodos de dos semanas.
El estudio puso de manifiesto que no se apreciaron diferencias significativas ni en la ingesta de hierba ni en los rendimientos lecheros por las diferentes variedades utilizadas.
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