Sevilla, 17 de diciembre de 2004.- Ni debate, ni talante. Los responsables del Ministerio de Agricultura no han permitido que se toque una sola coma de la propuesta de reforma de la PAC que el Ministerio de Agricultura presentó el pasado 26 de noviembre como propuesta para el debate. Una propuesta que, según los responsables del propio Ministerio, tenía el objetivo de lograr un consenso que permita aplicar la reforma de la PAC en España.
Desgraciadamente la reunión a la que asiste por primera vez el secretario general del MAPA, Fernando Moraleda, se produce hoy viernes, con un fin de semana de por medio, y a tan sólo dos días de la Conferencia Sectorial con las Comunidades Autónomas.
En la reunión de hoy, y pese a la manifiesta voluntad de la mayor parte de los agricultores españoles y pese a lo manifestado por la mayoría de los consejeros de las distintas CC.AA., que han demandado reiteradamente el desacoplamiento total de las ayudas agrarias evitando cualquier nuevo recorte, el MAPA ha mantenido su propuesta inicial y no sólo plantea el desacoplamiento parcial de las ayudas, sino que además reitera su decisión de aplicar el artículo 69 del reglamento base (Rgmto.1782/2003), que le brinda la oportunidad de continuar “metiendo la mano en el bolsillo de los agricultores”, reteniendo por esta vía un 5% más de las ayudas agrarias, lo que supone que el MAPA se quedará, para otras “políticas”, con casi 300 millones de euros de los que hasta ahora percibía cada uno de los agricultores. Y todo ello, sin ningún estudio previo ni análisis serio sobre los efectos de la decisión del modelo final de aplicación de la reforma de la PAC, tal y como ha demandado ASAJA en múltiples ocasiones.
Los responsables del MAPA parecen haber olvidado para que están ahí y para quien gobiernan. Ya el pasado 23 de noviembre más de 50.000 agricultores se dieron cita frente al Ministerio de Agricultura, convocados por ASAJA para exigir el desacoplamiento pleno de las ayudas agrarias y la negativa a permitir más recortes.
Ahora no tiene sentido buscar otras opciones o quedarse con alternativas parciales, por lo que cualquier país que aplique una opción que vaya contra la filosofía del nuevo sistema (desvinculación entre las ayudas y la producción) fracasará en su intento y provocará una importante pérdida de fondos y de competitividad a sus agricultores, máxime si se trata de países poco competitivos en productos continentales y con unos rendimientos históricos bajos (caso de España). Lo que no parecen comprender los responsables del MAPA, empeñados en emular el modelo defendido por Francia, único país que gracias a sus altísimos rendimientos históricos y potencial productivo, pude permitirse optar por un sistema de desacoplamiento parcial.
Por eso, los agricultores y ganaderos españoles, que somos los que nos vamos a regir por la nueva PAC y en quienes recaerán fundamentalmente sus efectos, apostamos de manera unánime por el desacoplamiento pleno de las ayudas, que nos permita reorientar nuestras explotaciones al mercado y dedicarnos a aquellos cultivos en los que somos realmente competitivos, sin sufrir ningún recorte adicional más, de los que ya vienen impuestos por Bruselas.
Los agricultores y ganaderos españoles en general, y los más de 50.000 profesionales del campo que nos manifestamos en Madrid el pasado 23 de noviembre, reiteramos nuestra petición al Gobierno y especialmente al Ministerio de Agricultura para que, antes de decidir, escuchen y respeten la opinión de quines más saben del campo, de aquellos que realmente viven de esto, los agricultores y ganaderos.
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