Madrid, 4 de marzo ´05. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG, denuncia la práctica desleal de la industria láctea que, está comprando leche francesa, para generar artificialmente excedentes en el mercado que sirvan como paraguas legitimador del descenso de los precios en origen. “La industria argumenta que baja el precio al productor porque hay demasiada leche en el mercado y no se puede vender y mientras tanto cada día observamos como aumenta la entrada de cisternas francesas. Además, es incompresible que periódicamente el Estado español tenga excedentes de leche, ya que la cuota asignada para nuestro Estado, 6 millones de litros anuales, es un 25% inferior a la cantidad consumida, 8 millones de litros anuales”, ha argumentado Gaspar Anabitarte, responsable del sector lácteo de COAG.
A nivel del Estado español, gracias a la presión ejercida por las organizaciones agrarias, en este momento se ha logrado mitigar la dinámica de venta a pérdidas de la gran distribución, lo que ha redundado en unos precios finales al productor y al consumidor más razonables. Esta dinámica se rompe con la nueva actitud de la industria láctea de conseguir más materia prima recurriendo a las importaciones de leche de Francia.
Además, COAG recuerda que tampoco hay que bajar la guardia frente a la otra modalidad de fraude que sufre el sector, prohibida por la normativa comunitaria: la regeneración de la leche, es decir añadir agua a leche concentrada o leche en polvo para obtener mayor cantidad en detrimento de la calidad. Esta práctica resulta especialmente grave porque es un fraude al ganadero – ya que genera unos excedentes en el mercado que presionan a la baja sobre los precios – y al consumidor, porque no se le entrega el producto de calidad que espera llevarse a casa. En este sentido, COAG solicita a los Ministerios de Agricultura y Sanidad que la trazabilidad de la leche se realice de la “ubre a la mesa”, ya que en la actualidad el seguimiento de la leche termina cuando la producción láctea entra en la industria. “Hay que acabar con este círculo vicioso, y sentar las bases de una nueva política láctea, más orientada al productor (precio justo) y al consumidor (leche segura y de calidad)”, ha puntualizado Gaspar Anabitarte, responsable del sector lácteo de COAG.
La constante presión ejercida por la industria en los últimos años ha provocado que los pequeños y medianos productores prefieran vender su cuota o acogerse al cese anticipado de la actividad agraria, ya que en estas condiciones mantener la explotación es ruinoso. A todo ello se une la ausencia de relevo generacional al frente de las explotaciones, los jóvenes no quieren ser ganaderos en tales circunstancias. Las cifras hablan por sí solas; en 1992 había en el Estado español 145.004 explotaciones de vacuno leche, en la actualidad sólo quedan 39.206, un 73% menos.
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