A pesar de que es un hecho el que la sequía está asolando toda la Península Ibérica, afectando de forma principal a los pastos, muchos de los ganaderos que han contratado el seguro de sequía en pastos no van a cobrar en principio indemnización alguna.

La razón es que las normas de este seguro desencadenan el pago de indemnizaciones cuando en una comarca se dan durante una serie de periodos de diez días la situación de sequía o sequía severa, determinada según un baremo que se mide por teledetección, utilizando el llamado índice de vegetación, basado en el color que muestra el suelo en relación con un año promedio.

El caso es que, según los parámetros que se tomaron en su momento para determinar si se está o no se está en una situación de sequía, solo pocas comarcas españolas están en esta situación, a pesar de que es un hecho reconocido que existe una situación generalizada de sequía y de escasez de pastos.

Este hecho debería quizás servir para revisar las condiciones del seguro y su mayor ajuste a la realidad.