Sevilla, 1 de septiembre de 2005.- Ante el próximo inicio de una nueva campaña de recolección de algodón, la última en la que estará vigente el régimen de ayudas a la producción, ASAJA-Sevilla recuerda a los algodoneros andaluces que tienen derecho a percibir las bonificaciones por calidad, tal como establece la normativa europea, así como el sobre precio por competencia que deben abonar las desmotadoras.

En los últimos diez años, el algodón que se produce en Andalucía es, por el tamaño de la fibra, por el color y por la escasa humedad y la ausencia de impurezas, el de mayor calidad de toda la Unión Europea, por lo que los algodoneros deben solicitar un precio acorde a esa calidad.

Por ello, y a poco más de un mes del inicio de la campaña de recolección, ASAJA-Sevilla advierte a las desmotadoras de algodón que los pactos y acuerdos para fijar un precio único son ilegales y están perseguidos por el Tribunal de Defensa de la Competencia, que ya ha tenido que actuar en anteriores ejercicios.

Tal como hemos hecho en las últimas campañas, desde ASAJA-Sevilla, prestaremos una especial atención al mecanismo de fijación de los precios, y no dudaremos en denunciar cualquier tipo de irregularidad que se produzca.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura en 2005 se han sembrado en España 88.595 hectáreas de algodón, de las que 87.000 se cultivan en Andalucía, y Sevilla, es de nuevo con 52.500 hectáreas la primera provincia productora de nuestro país.

Asimismo, desde ASAJA-Sevilla lamentamos el rechazo de la Unión Europea al Plan Estratégico del Algodón (redactado por la Consejería de Agricultura andaluza con el beneplácito de todo el sector productor y desmotador) y solicitamos a la Consejería que estudie urgentemente alternativas al Plan que permitan la viabilidad del cultivo la próxima campaña, de lo contrario, la ausencia de este cultivo provocará una seria crisis en numerosos municipios andaluces y especialmente en los de la comarca del Bajo Guadalquivir, cuya economía esta basada en los dos cultivos más amenazados por Bruselas: el algodón y la remolacha.