El otro día todos los medios de comunicación de la provincia y buena parte de los regionales recogían con grandes tipologías el hecho de que el Grupo Pascual iba a suministrarse, para sus postres lácteos, de soja en Navarra.
Lo cierto es que la noticia, a la que hay que dejar todavía dentro del mundo de las conjeturas, pues, de momento, no hay nada en firme, al menos, eso parece leerse entrelíneas, ha levantado ampollas entre los agricultores y ganaderos de la provincia que, desde luego, no estamos pasando estos últimos años por nuestros mejores momentos con unas tremendas caídas de precios, reducciones de las ayudas…
Son muchos los que me han comentado como es posible que una empresa, una gran empresa, a la que la Junta de Castilla y León y el resto de instituciones tanto han apoyado, que tanto ha anunciado su compromiso con esta región, que tanto “ha vendido” su amor por esta tierra… resulta que cuando los cultivadores necesitan buscar alternativas ante una fuerte situación de crisis anuncia, esto siempre hay que tomarlo con las correspondientes cautelas, que va a comprar la producción de soja de más de 50.000 hectáreas de nuevos regadíos que se van a poner en Navarra, sorprendente si se tiene en cuenta que en 2005 allí sólo se sembraron 42 de este cultivo.
Desde luego esta afirmación que quizás haya que enmarcarla dentro de la “euforia” de la presencia del Presidente de la Comunidad Foral en las instalaciones del Grupo Pascual en Aranda, no se ha hecho en el momento más oportuno, si alguno lo es para este tipo de noticias. Cuando los agricultores están comenzando a sufrir las consecuencias de la última vuelta de tuerca de la PAC, cuando la remolacha ha visto hundidos sus precios y cuando se anuncia una reforma de la OCM del vino… no parece lo más ideal lanzar este “misil” a la línea de flotación de las economías y las rentas de los buenos profesionales del sector agrario.
Quizás ha llegado la hora de que las distintas Administraciones Públicas, por una vez, sean capaces de coger el “toro por los cuernos”, logrando que las inversiones que se han realizado en este tipo de industrias repercutan directamente en los agricultores de esta región y esta provincia que tanta necesidad tiene de buscar alternativas con futuro a los cultivos tradicionales que se encuentran en un momento de fuerte crisis. Estamos ya cansados de ver como nuestros políticos ofrecen dinero y subvenciones a empresas que luego se marchan cuando han recogido esos fondos o bien compran los productos fuera de Castilla y León, baste con ver el ejemplo de las industrias lácteas.
Por último, sólo quiero recordar un dato curioso pero revelador, más de 50.000 hectáreas de soja se van a poner, aparentemente en Navarra, para satisfacer la demanda de Pascual, casi es la misma cifra que hay esta campaña de remolacha pero buena parte de las cuáles van a desaparecer tras la reforma y el cierre de dos azucareras que ya se anuncia.
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