La administración y el sector ganadero de Brasil piensan que las restricciones de la UE y de Rusia a sus productos cárnicos es una barrera proteccionista, si bien las medidas impuestas son en referencia a los focos de fiebre aftosa del año 2005, según publica el Boletín Exterior del MAPA. Se quejan de que las exigencias impuestas por la UE son superiores a las establecidas por la OIE. No obstante, a pesar de que parece haber indicios de fiebre aftosa en el Estado de Sao Paulo, no hay constancia de que la UE vaya a incrementar el embargo.
En el caso de Rusia, consideran que las medidas van dirigidas a proteger su sector porcino, que es mucho menos competitivo que el brasileño. Inicialmente, Rusia cerró las importaciones de todo Brasil, pero luego las limitó a las procedentes de los Estados de Mato Grosso, Sao Paulo y Paraná, auque prohíbe la compra de carne porcina del Estado de Santa Catarina, cuya producción local está libre de la enfermedad. El perjuicio es significativo, dado que Rusia importaba dos tercios de las ventas de carne porcina brasileña al exterior.
A pesar de todo, las exportaciones brasileñas de carnes siguen batiendo récords. En agosto, el total vendido al exterior fue de 380 millones de euros, después de los 300 millones del mes de julio. El sector espera llegar este año a los 3.800 millones de euros, valor histórico para Brasil. Esto se debe a que Brasil está desviando su mercado a países emergentes como Egipto, Bulgaria, Filipinas y Argelia, con el fin de compensar lo que no puede exportar a la UE y a Rusia.
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