Colgar cuerdas de los establos de los terneros, la noche antes de su sacrificio, es un método barato y eficaz para detectar la presencia de la bacteria E. coli O157:H7. El estudio ha sido llevado a cabo por la administración de Alberta (Canadá).
Las cuerdas colgadas sirven de aparatos de muestreo. Cuando se coloca un elemento extraño en un establo, los animales se sienten atraídos por él y se frotan contra él y lo chupan y mastican. Las E. coli O157:H7 que estuvieran en la boca del animal se transfieren a la cuerda. En el estudio se colocaron 7 cuerdas por establo, algunos de los cuales tenían hasta 300 terneros. Las cuerdas fueron analizadas a la mañana siguiente para detectar la presencia de E. coli O157:H7. También se tomaron muestras de heces y de la piel, para compararlas con las de la cuerda.
Con el sistema de las cuerdas se puede conocer que establo tienen altos niveles potenciales de la bacteria, con lo que los terneros pueden manejarse separadamente, con el fin de evitar la propagación del patógeno.
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