En los últimos años, Bruselas ha manifestado una absoluta obsesión por desincentivar la Agricultura de la UE, al objeto de eliminar cualquier posible excedente y abaratar el presupuesto destinado a la Agricultura. Tanto fue así, que se adoptaron medidas tales como obligar a la retirada de tierras de cultivo, establecimiento obligatorio de barbechos en blanco, retiradas voluntarias y establecimiento de ayudas desvinculadas de la producción. Todo esto, iba encaminado hacia la liberalización de los mercados, eliminando cualquier mecanismo de regulación.
En pocos años, esta política nos ha llevado a pasar de un stock de regulación de cereales a un stock prácticamente cero en el momento actual, lo que ha provocado que, en un solo año de reducción mundial de cosecha por malas condiciones climáticas en muchas zonas productoras, junto a un aumento de demanda en países asiáticos y una mayor expectativa de consumo por un uso para biocombustibles -más ficticia que real-, nos haya llevado a la delicada situación en la que nos encontramos. Situación, que ha puesto en grave crisis a los sectores ganaderos y provocado importantes subidas en productos de primera necesidad como el pan.
El motivo fundamental por el que se ha producido esta situación en nuestros mercados no ha sido otro que el de la ruinosa situación de los cereales en la U.E., hasta la campaña pasada, como consecuencia del abandono del cultivo por el productor, lo cual nos ha llevado a un drástico recorte en nuestras producciones y al agotamiento de todas nuestras reservas.
Todo ello es fruto de algo que Bruselas perseguía con su política agraria “la libertad de mercado”, algo muy difícil de mantener cuando hablamos de alimentación humana. Entendemos que esto debe hacer reflexionar a Bruselas para que, si allí queda alguien con sentido común, se adopten medidas que incentiven la actividad agraria, con vistas a la revisión intermedia de la PAC, prevista para el 2009.
En ese sentido, desde la propia Unión Europea parecen haberse percatado de su errónea orientación política, y ya se ha dado un primer paso de rectificación, con la ratificación, el pasado 26 de septiembre, por parte del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE de la supresión de la retirada obligatoria del 10%, mediante el Reglamento (CE) Nº 1107/2007. Dicha medida supondrá un incremento estimado de la producción de cereal en la UE, entre 10 y 12 millones de Tm.
Mensaje a los consumidores
Asimismo, debemos dejar claro que, si bien la situación ha mejorado mucho en esta campaña para los productores de cereales, éstos no han sido los grandes beneficiarios de la subida, ya que fue mucho el cereal que se vendió directamente en el campo, antes de que se iniciara dicha escalada de precios.
Por su parte, FAECA, como Organización representativa del sector de las cooperativas agrarias en Andalucía, desea disipar cualquier duda que pueda darse acerca del comportamiento en los mercados de las cooperativas agrarias y aclara que, en la presente campaña, al igual que en las anteriores, estas empresas han venido comercializando su producción de cereal de manera habitual, es decir, de forma escalonada, para evitar situaciones de desabastecimiento en los últimos meses de la campaña. De hecho, buena prueba de ello es que, a fecha de hoy, la producción andaluza de cereal –mayoritariamente trigo duro- se ha vendido en casi el 90%.
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