El Gobierno Británico ha puesto en marcha una agencia para las energías renovables (Renewable Fuels Agency) que será responsable del funcionamiento de la legislación sobre incorporación obligatoria de biocarburantes en el combustible de automoción, que en el Reino Unido entrará en vigor en abril de 2008, con el objetivo de alcanzar un 5% en 2010.

La ley británica obliga a cualquier operador que venda más de 450.000 litros de carburante a incorporar un determinado porcentaje de carburante procedente de fuentes renovables, que irá creciendo progresivamente hasta alcanzar el 5% en 2010. Este porcentaje afecta tanto a la gasolina como al biodiesel.

Bajo este sistema, las empresas deberán demostrar que cumplen la incorporación, mediante un sistema de certificados, siendo posible el comercio de certificados entre empresas. Si una compañía no puede justificar con los certificados que tenga que cumple con la tasa de incorporación deberá abonar una multa.