La transición del período seco a la lactación siempre es traumático para todas las vacas, pero aun resulta más complicado para las terneras que van a ser ordeñadas por primera vez. El ganadero tiene que hacer frente a animales que no quieren entrar en la sala de ordeño, que patean, que interrumpen el flujo normal del ordeño y que presentan un comportamiento negativo.
Un estudio de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) ha puesto de manifiesto que si el ganadero dedica 5 minutos a la semana a tener un mayor contacto con la ternera, semanas antes del parto, el animal tendrá una mejor respuesta en el primer ordeño. Los investigadores compararon el comportamiento de terneras a las que entre 6 a 13 semanas antes del parto se les dedicaba 5 minutos a la semana para acariciarlas, con terneras del grupo de control, que recibían un manejo mínimo durante la rutina de la granja.
Tras el parto, las terneras fueron observadas durante los 4 primeros viajes a la sala de ordeño. Se constató que en las que fueron acariciadas, la leche apareció por primera antes y tuvieron menos tendencia a patear a medida que se acercaban a la sala de ordeño. Además, en la evaluación subjetiva realizada por los investigadores tenían un comportamiento mucho más positivo.
En conclusión, los investigadores consideran que dedicar un mínimo de 30 minutos a lo largo de 6 semanas en acariciar a las terneras es una inversión de tiempo pequeña en relación con el beneficio obtenido.
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