14 Febrero 2009. Coincidiendo con la reunión anual de la AAAS (Asociación Americana para el Avance de la Ciencia) en Chicago (USA), el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (JRC) ha publicado un nuevo informe titulado «Estudiando la degradación del suelo en la agricultura en la UE: procesos, prácticas y políticas asociadas «.
La investigación realizada está basada en primer lugar en la modelización, a nivel de la UE, del riesgo relativo a los seis procesos de degradación de suelo más vinculados a la agricultura. Los procesos analizados son: erosión, disminución de
materia orgánica, compactación, salinización o sodificación, contaminación y biodiversidad de suelo. En informe también lleva a cabo un estudio de las políticas existentes a nivel de la UE, nacional y regional para el fomento de prácticas
agrícolas respetuosas con el suelo. El estudio presta una atención particular a las denominadas ‘prácticas de agricultura de conservación’ (el uso combinado del no arado o arado reducido, cubrimiento de suelos y la rotación de cosechas) podían
minimizar el riesgo de degradación de suelo.
Algunos de los principales resultados del estudio son:
• Los suelos en la región mediterránea tienen el riesgo más alto de erosión por agua, mientras que los suelos de la Europa occidental y central también están afectados por la erosión. Los suelos de la banda de arena que cubre la Inglaterra
meridional, los Países Bajos, la Alemania septentrional y a Polonia se enfrentan a un alto riesgo de erosión eólica. Ambos tipos de erosión pueden atenuarse o prevenirse a través, por ejemplo, de las prácticas de agricultura de protección y del
establecimiento de zonas tapón o prados.
• Prácticas agrícolas, tales como el arado reducido o no arado, los cultivos de cobertura, la rotación de cosechas y los cultivos mixtos, así como conversión de la tierra de labrantío en prado o bosque, pueden ayudar a retener e incluso aumentar el contenido orgánico de carbono en los suelos de Europa. El mantenimiento y la optimización de niveles de carbono orgánico como objetivo específico de la gestión de los suelos, es un elemento vital en la mitigación de cambio climático.
• Por el momento, la protección de suelo no es objetivo específico de la legislación comunitaria, aunque algunos Estados miembros de la UE cuentan ya con legislación para la protección del suelo. Sin embargo las políticas existentes
contribuyen en cierta manera al fomento de las prácticas agrícolas respetuosas con el suelo. En concreto, la exigencia por un lado de mantener la tierra en buenas condiciones agrícolas y ambientales, y por otro, de cumplir algunas disposiciones
generales, permiten que se marquen algunos objetivos específicos relativos a la calida del suelo. Haciendo uso de la flexibilidad que permite el conjunto de políticas comunitarias, los Estados miembros y las regiones pueden adaptar a sus
condiciones locales las medidas oportunas. A su vez, los casos de éxito pueden servir como ejemplos para el resto Estados miembros y regiones.
• Finalmente, el informe del JRC subraya la necesidad de complementar estos resultados con un sistema armonizado a escala europea que permita supervisar la degradación real de suelo, sus principales determinantes y los efectos a nivel local de las políticas aplicadas.
Antecedentes
El proyecto «Sustainable Agriculture and Soil Conservation through simplified cultivation techniques» se puso en marcha en 2007 por el Parlamento Europeo y la Comisión Europea para mejorar la comprensión de las prácticas de protección de suelo en Europa, y para analizar cómo las medidas políticas pueden animar a agricultores a adoptar tales prácticas. El proyecto fue diseñado por la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea y el Centro
Común de Investigación (JRC), el organismo científico consultivo de la Comisión.
El proyecto ha sido llevado a cabo por el Instituto de Prospectiva Tecnológica (IPTS) y el Instituto para el Medio ambiente y la Sostenibilidad (IES). Seis de los procesos de degradación de suelo reconocidos por la Comisión Europea están estrechamente ligados a la agricultura. En Europa, la erosión de suelo es probablemente el problema más serio, afectando a alrededor del 12% de la tierra.
Otros procesos de degradación de suelo son menos visibles (por ejemplo, la compactación) o menos extendidos (por ejemplo, la salinización) pero no pueden descuidarse. Una intensificación del agricultura Europea durante los últimos 50 años, gestionada incorrectamente, ha contribuido a la degradación de suelo, aumentando el riesgo de desertificación en la mayor parte de las regiones vulnerables.
Más información
El informe del JRC «Addressing soil degradation in EU agriculture: relevant processes, practices and policies», se puede descargar de manera gratuita en:
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