17.02.09. En los últimos doscientos años la biodiversidad se ha reducido considerablemente provocando la amenaza o extinción de un gran número de especies vegetales. Recientemente se ha estimado que los cambios climáticos pueden acelerar aún más la pérdida de la biodiversidad en algunos ecosistemas europeos.
Para lograr conservar semillas a largo plazo, profesores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad Politécnica de Madrid han elaborado un trabajo de investigación, que toma como modelo de estudio la germinación de especies silvestres, algunas de ellas amenazadas, que han estado almacenadas en el Banco de Germoplasma de la UPM durante más de 30 años. Durante este periodo estuvieron conservadas a baja temperatura y con unos porcentajes mínimos de humedad.
Las unidades seleccionadas pertenecen a catorce géneros distintos y 12 familias de plantas diferentes. Todas ellas, procedentes de la Península Ibérica e Islas, Baleares y Canarias.
“Con este proyecto pretendemos entender mejor cómo conservar a largo plazo semillas de especies silvestres, lo que permite recuperar familias de plantas que estén amenazadas o a punto de extinguirse” explica Elena González, profesora del Departamento de Biología Vegetal de la EUIT Agrícola de la UPM. Esta investigadora pertenece al Grupo de Investigación Biodiversidad y Conservación de Recursos Fitogenéticos de la UPM que demuestra por primera vez, a través de este proyecto, la eficacia de los sistemas de conservación empleados en el Banco de Germoplasma Vegetal de la UPM.
Un ejemplo de uno de los grupos vegetales rescatados por este banco, primero en funcionar en España y de gran importancia en el entorno internacional, fue una crucífera de la familia de las coles, llamada Diplotaxis siettiana, que sólo crecía en la isla de Alborán. “Gracias al Banco de Germoplasma Vegetal de la UPM que recogió semillas de esta especie en el año 1974, se pudieron reintroducir ejemplares de esta planta en la isla cuando desaparecieron diez años más tarde. De este modo, pudimos recuperar esas poblaciones” añade esta profesora del Departamento de Biología Vegetal de la UPM.
Para desarrollar el proyecto, el grupo científico utilizó una muestra almacenada durante más de 30 años en el Banco de Germoplasma de la UPM. Las semillas estuvieron conservadas dentro de tubos de cristal a los que se había añadido gel de sílice para conseguir las condiciones de sequedad adecuadas. A una temperatura que osciló entre los -5 C y los -10 C y con unos porcentajes mínimos de humedad.
“En el caso de las crucíferas entre el 2% y 3% de humedad” subraya Félix Pérex, profesor del departamento de Biología Vegetal de la EUIT Agrícola, que ha participado en este proyecto de investigación. Además explica que las semillas se pusieron a germinar en condiciones de temperatura y luz controladas para demostrar que estaban vivas y, de este modo, comprobar la eficiencia de los sistemas de conservación utilizados en el Banco de Germoplasma Vegetal de la UPM. Un proceso que contribuye al mantenimiento de la biodiversidad vegetal y la posible recuperación de especies amenazadas.
Dentro del Departamento de Biología Vegetal de la UPM son varios los proyectos que se llevan a cabo relacionados con este Banco. Entre otros, además de estudios de conservación, el correspondiente a la caracterización de especies, técnicas de cultivo “in vitro”, utilizadas también para conservar especies en peligro de extinción, y técnicas de crioconservación donde preservan el material vegetal en nitrógeno líquido a muy baja temperatura.
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