El espectacular rendimiento del cultivo del maíz en las últimas ocho décadas es debido en su mayor parte a la mejora genética y dentro de ésta a la transformación del sistema radicular de las plantas, mucho más vigoroso y eficiente que el de los maíces que existían hace años.

Los investigadores han analizado los efectos de la aparición de variedades híbridas y su efecto sobre la estructura de las diferentes partes de las plantas, como el ángulo de las hojas que permite una mayor eficacia fotosintética o el incremento de la producción de biomasa.

En este estudio se han utilizado modelos informáticos con plantas virtuales con diferentes características, revelando que existe una estrecha asociación entre el rendimiento y las características de las raíces como su ángulo de penetración, que a su vez determina la capacidad de extraer agua y nutrientes y aumentar la densidad del cultivo.