Investigadores australianos de la Universidad de Nueva Gales del Sur han llegado a un sorprendente resultado al comparar el efecto invernadero de los terneros acabados en cebadero (alimentados con granos durantes unos meses antes del sacrificio) con los terneros alimentados solo de pastos. La huella de carbono es de 9,9 kg de equivalente de CO2 por kilo canal pesado en caliente en el caso de los terneros de cebadero mientras que es de 12 kg equiv. CO2/kg canal pesada en caliente.
Los científicos consideran que hay dos razones para estos mejores resultados. Por un lado, los terneros de cebadero producen carne de una manera mucho más eficiente, que compensa el impacto de efecto invernadero generado por la producción y transporte del grano.
La otra razón es que el grano se digiere mejor que la hierba, con lo que se reducen las emisiones de metano. Dichas emisiones on la principal fuente de gas de efecto invernadero de la industria ganadera.
El estudio, además de cuantificar las emisiones de efectos invernadero del ganado vacuno australiano (tanto de cebadero como de extensivo) ha cuantificado las emisiones del ganado ovino, cifrándolas en 7-8 equivalentes de CO2/kg canal pesado en caliente. Comparando estos datos con los estudios de emisiones del vacuno y ovino realizados en el Reino Unido, Europa, Japón, EEUU y África, los resultados australianos son los más favorables.
Los resultados de esta investigación, que ha sido encargada por la interprofesional australiana de las carnes, se han publicado en Environmental Science and Technology.
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