El proyecto Welfare Quality es un proyecto público financiado por la Unión Europea con el propósito principal de desarrollar indicadores que permitieran evaluar y mejorar el bienestar animal en las explotaciones ganaderas. El sector ganadero español, en su conjunto, no está de acuerdo con el sistema de evaluación obtenido en el proyecto, por considerarlo excesivamente complicado, lleno de subjetividades y por ser inviable para su uso en granja.
Por este motivo, han dirigido una carta al Director General de Recursos Agrícolas y Ganaderos, Carlos Escribano, con el fin de trasmitirle la opinión del sector con respecto al citado proyecto. La carta también recoge el malestar del sector porque cada vez se le está exigiendo más al productor con la esperanza de un precio más alto por aportar más valor añadido, pero este precio más alto nunca llega, ya que es la oferta y la demanda la que fija los precios, y el consumidor europeo se decanta mayoritariamente por el factor precio, el cual puede ser mejor proporcionado por los productos importados, que no se ven obligados a cumplir muchas de las normas exigidas en la UE.
A continuación se transcribe el texto íntegro de la carta:
“ASUNTO: PROYECTO WELFARE QUALITY
Sr. Director General,
Como Ud sabrá, el proyecto Welfare Quality, es un proyecto publico financiado por la Unión Europea con una dotación de unos 18- 20 millones de euros. El proyecto se ha desarrollado a lo largo de 5 años y ha contado con el trabajo de numerosas universidades y centros de investigación a nivel europeo. Trabajo de investigación que por supuesto -como en muchas otras ocasiones- no ha tenido en cuenta la realidad de nuestro sistema de producción.
El propósito principal del proyecto era el desarrollo de indicadores que permitieran evaluar y mejorar el bienestar animal en las explotaciones ganaderas. Los protocolos de evaluación resultantes fueron presentados en Upssala el 8-9 de Octubre del 2009 y posteriormente han sido editados y publicados, siendo comercializados por… ¿Una empresa? ¿Los autores del proyecto?
En líneas generales, consideramos que se trata de un sistema de evaluación excesivamente complicado para su aplicación en cualquier explotación. La realización de la valoración es tremendamente difícil y está sujeta a demasiadas subjetividades. Sinceramente no nos parece un sistema viable para utilizar en granja.
El sistema de puntuación es incomprensible. Algunos puntos considerados positivos o adecuados no puntúan y otros sí. Además cada parámetro puede tener un peso específico más o menos importante sin referencias científicas que avalen en ningún momento el baremo establecido ni siquiera con una justificación estadística básica de las observaciones realizadas ni por supuesto, la metodología empleada.
De manera global, creemos que existen algunos parámetros que podríamos considerar objetivos – como la presencia de heridas o de cojeras-. Sin embargo hay otros índices utilizados que carecen de fundamento y objetividad (evaluación del comportamiento cualitativo).
Además se dan por hecho que determinados comportamientos o sistemas de producción perse se deben considerar como adecuados o positivos. No estamos de acuerdo en ningún sistema de evaluación que trate de discriminar un modo de producción respecto a otro.
El Welfare Quality no es un sistema que permita la mejora del bienestar animal en las explotaciones si no que básicamente tenemos el convencimiento de que trata de enfrentar sistemas productivos. Por este motivo, nos preocupa enormemente la utilización de este sistema como base para establecer etiquetados en materia de bienestar.
La propuesta de etiquetado debería basarse en evaluaciones rigurosas, objetivas, sencillas y mensurables. En caso contrario podría convertirse en un sistema inoperante y costoso que además crearía desigualdades probablemente injustas entre explotaciones
Pero lo más grave de toda esta cuestión es la espiral de diferenciación infinita a la que nos está arrastrando la Gran Distribución. Ahora es el etiquetado sobre bienestar animal, lo siguiente será la huella de carbono ¿Qué será lo próximo?
Esta diferenciación además no garantiza a los ganaderos europeos un precio superior, cosa que se deja en manos de la oferta y la demanda. Y es que, desgraciadamente, tenemos muy escasa posibilidad de competir ante productos procedentes de terceros países que no cumplen muchos de los que requisitos que presuntamente están exigiendo los mismos consumidores europeos que posteriormente se decantan mayoritariamente por el factor precio.
Por tanto, le exponemos distintas situaciones que- en nuestra opinión- deberían ser abordadas con objeto de reducir las consecuencias económicas que generan para los sectores ganaderos.
Como siempre, estamos a su disposición para intercambiar impresiones en este aspecto e intentar buscar soluciones que faciliten una continuidad de nuestros sectores.”




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