Hasta el momento, se ha sacrificado en Holanda 40.000 cabras debido a la fiebre Q, lo que ha supuesto 25 millones de € en indemnizaciones, que oscilan entre los 255 €, por un animal mayor de cuatro años que pueda proporcionar 800 kilos de leche al año, hasta los 500 € por cabra joven preñada que puede producir más de 1100 kilos. Además se concede un suplemento de entre 35 a 100 € por estar libre de la enfermedad contagiosa CAE (Caprine arthritis encephalitis) y otro de 100 € por cada cabra sacrificada, como compensación por la falta de cabras de reposición.
El Instituto Veterinario Central, CVI, ha recomendado que el año que viene no haya más sacrificios a causa de la fiebre Q, ya que este año ya se han tomado una serie de medidas excepcionales, como la prohibición de cubriciones implantada en diciembre, que hará que el periodo de cría finalice hacia el 15 de mayo y la vacunación obligatoria, antes del 1 de junio, de todos los animales de explotaciones de producción lechera ovina y caprina, medida extensible a todas las explotaciones de cría.
La campaña de vacunación, para la que se dispone de 1,5 millones de dosis, deberá comenzar el 1 de abril. El Parlamento quiere que se vacune a todas las ovejas y cabras, pero no hay suficiente vacuna disponible.
Actualmente, la cifra de explotaciones declaradas infectadas asciende a 71. En 68 explotaciones se ha llevado ya a cabo la primera ronda de sacrificios y quedan aún 27 para la segunda ronda. En las empresas que no hayan sido declaradas infectadas, los sacrificios se llevarán a cabo de una sola vez. Los machos serán testados individualmente, y en caso de que resultaran positivos a la bacteria, llevarían asociada una prohibición vitalicia de cubrición, según publica el Boletín Exterior del MARM
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