En los próximos 20 años, la agricultura se enfrenta a desafíos energéticos que según como evolucionen, van a condicionar el desarrollo de la producción agraria en uno u otro sentido. Un estudio elaborado por el Ministerio de Agricultura de Francia, con el título “Agricultura Energía 2030” ha presentado cuatro posibles escenarios que se podrían dar en 2030 y ha estimado como impactaría cada uno de ellos en la agricultura y ganadería.
Los cuatro escenarios propuestos son:
1. Panorama de crisis energética con un aumento continuado de los precios del petróleo y con dificultades de aprovisionamiento de carburantes líquidos y de abonos nitrogenados, lo que conducirían a que:
– Se multiplicaría por 3 la superficie de proteaginosas.
– Aumentaría la superficie de prado en detrimento de la superficie de cereales.
– Se reduciría en un 40% el uso de abonos nitrogenados.
– Se reducirían los rendimientos de un 20%.
– Habría un fuerte desarrollo de la mecanización y de los aceites vegetales puros.
2. En un escenario en el que los precios de la energía tuvieran una gran volatilidad y en el que el apoyo público a la agricultura descendiera, se tendería a que coexistieran dos tipos de agricultura, una muy intensiva, competitiva y enfocada hacia la exportación y otra, multifuncional, en la que además de obtener remuneración por los productos generados, la obtendría por servicios medioambientales. En consecuencia:
– Aumentaría en un 18% la superficie de cereales y oleaginosas (biocarburantes) en detrimentos de las praderas.
– Habría estabilidad en los aportes de fertilización nitrogenada mineral.
– Aumentaría en un 1% los rendimientos en cereales.
– Se reduciría en un 17% el censo bovino.
– Habría un fuerte desarrollo de los OMG y biocarburantes.
3. Este tercer escenario plantearía una situación sin reducción energética, con políticas medioambientales y con una creciente preocupación por la seguridad de los alimentos. La producción agraria sufriría:
– Una fuerte reducción del uso de fitosanitarios y moderada en el uso de fertilizantes nitrogenados.
– Estabilidad en las rotaciones con un progreso de las oleo-proteaginosas.
– Estabilidad de los rendimientos.
– Reducción del censo bovino en un 10% pero con aumentos en los rendimientos de leche.
– Fuerte desarrollo de los biocarburantes de segunda generación y de los aceites vegetales puros.
4. En un escenario en el que aumntara la preocupación medioambiental en la UE y en EEUU se abocaría a una transición energética y medioambiental en la agricultura, que implicaría que:
– Se multiplicaría por 6 la superficie de proteaginosa
– El 30% de la superficie cerealista sería con siembra directa.
– Se reduciría en un 60% el aporte de nitrógeno.
– Se estabilizaría la cabaña ganadera.
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