Varias importantes industrias cárnicas de Australia, entre las que están Teys Australia, JBS Australia, Bindaree y Kilcoy, se encuentran en el dilema de pagar un cuantioso impuesto o cerrar algunas de sus plantas. El motivo es que a partir del próximo 1 de julio entra en vigor en Australia un impuesto por las emisiones de carbono.
Dicho impuesto supone 18 €/tn de emisiones, el cual se aplicará a las industrias, de cualquier sector, cuyas emisiones superen el umbral de 25.000 tn de emisiones al año. El gobierno tiene una lista preliminar con 295 empresas que superan el límite de emisiones.
Las industrias cárnicas afectadas, se enfrentan a un impuesto que será como mínimo de 450.000 € y que podría llegar incluso hasta 1,5 millones de euros, como en el caso del mayor matadero de Australia JBS Australia, con unas emisiones de 80.000 tn al año.
Estas empresas están ahora barajando si pagar la tasa, lo que les va a restar competitividad frente a otros países en los que no se aplica la norma o bien cerrar temporalmente alguna de sus plantas para poder situarse dentro del umbral máximo de emisiones.
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