Según Echávarri, las reivindicaciones recogidas en el acuerdo estratégico que productores y Gobierno extremeño diseñaron en marzo pasado y elevaron al Ministerio, figuran en este proyecto final “salvo algún matiz”.

El consejero considera satisfactorio para la Comunidad Autónoma que la norma se haya simplificado concretando tres denominaciones: bellota, cebo de campo y cebo.

Además, la información de la etiqueta es clara, distingue el porcentaje relativo a la pureza de la raza ibérica del producto, en 100, 75 y 50 por ciento, y se eliminan logotipos y otros distintivos que pueden llevar a equivocaciones al consumidor. Figura también en esta etiqueta el organismo certificador y permite al ganadero vender su producto en función de lo que etiqueta. De esta forma, se aumenta la información al consumidor sin generar confusión en las denominaciones de venta.

LA DENOMINANCIÓN CEBO DE CAMPO

José Antonio Echávarri ha destacado la especial relevancia que para Extremadura tiene el hecho de que se haya admitido la denominación de cebo de campo en esta norma de calidad diferenciándola del cebo intensivo, ya que supone el 75 por ciento de la producción de ibérico extremeño.

“Esta denominación está hecha a medida para Extremadura, ya que permite la extensificación de 100 animales por hectáreas los últimos 60 días antes de sacrificarlos y distingue claramente del cebo intensivo”, ha dicho el consejero.

“La denominación cebo de campo es la que mejor define al sector de Extremadura, permite una cierta extensificación, es un producto de mayor calidad que el de cebo y los productores pueden diferenciar en su precio, que es lo que se pretendía”, ha dicho el consejero

Al mismo tiempo, la nueva norma valora el ibérico de bellota cien por cien y permite poner en la etiqueta la calificación de pata negra y bellota, lo que es bueno para el consumidor, y permite incluir en ibérico los cerdos con pureza genética de hasta el 50 por ciento en el cerdo ibérico de bellota, lo que era igualmente una reivindicación extremeña.

MAYOR CONTROL

Por otra parte, el control que se determina en la norma de calidad del ibérico es mucho más exigente por parte de los organismos certificadores tanto en el peso, como en la edad del sacrificio y la trazabilidad de los animales.

Echávarri ha dicho que está convencido que la nueva norma garantiza más que la anterior que el producto final que llega al consumidor es el que éste quiere comprar.

El consejero de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía ha reconocido que “Extremadura posiblemente es la Comunidad Autónoma que está más satisfecha, porque sus reivindicaciones son las que más se han recogido en este documento”.