Los científicos del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo han determinado que el mapa genético de un pollo puede influir en las señales enviadas que éste envía desde su estómago a su cerebro y que le dicen cuando ha comido suficiente. Conocer como los pollos regulan su apetitito puede influir en la mejora de su bienestar.
Los avicultores suelen restringir los alimentos a los pollos debido a que algunas aves son insensibles a la sensación de saciedad y comer en exceso puede afectar a su capacidad para reproducirse.
Los investigadores han señalado que las diferencias genéticas, que influyen en reconocer cuando las aves han comido suficiente, podrían datar de hace miles de años cuando los pollos fueron domesticados y las razas fueron seleccionados por el mayor tamaño.
El estudio, publicado en la American Journal of Physiology, Endocrinology and Metabolism, se centró en una proteína llamada colecistoquinina (CCK), que tiene el papel clave enviar señales al cerebro cuando el estómago está lleno. en el envío de señales vinculadas a estar lleno del intestino al cerebro. Los investigadores encontraron que algunas aves estaban mejor preparadas que otras para reconocer la proteína, lo que hace que sean más eficaces en la activación de las señales de sentirse llenas.
En el estudio participaron pollos de crecimiento rápido y otros de crecimiento lento. Los investigadores observaron cómo la proteína se procesaba en ambos tipos de pollos y en el cruce entre ambos. Los resultados mostraron que niveles reducidos de proteína que reconocen la señal de plenitud también influyen en el peso del pollo.
Los resultados del estudio arrojan más luz sobre la ingesta de alimentos en las aves y ayudan a entender por qué los pollos de crecimiento rápido son más insensibles a la sensación de plenitud.
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