En junio pasado, varias cadenas de distribución de Francia estuvieron de acuerdo en subir el precio al consumo de las carnes frescas, con el fin de que este aumento se repercutiera al ganadero, el cual está atravesando una situación de gran dificultad. Un mes después, la Federación de comercio y distribución, organización que representa la venta al detalle ha manifestado que dicho acuerdo se ha llevado a cabo, con subidas en torno a los 5 céntimos/kg de manera semanal, sin embargo, ha denunciado que dicho aumento no ha llegado al ganadero. La distribución se queja de que el acuerdo de junio solo se está cumpliendo por parte de ellos, porque el consumidor está pagando más (lo que puede repercutir negativamente en la voluntad de compra) pero que mataderos e industria no están repercutiendo esta subida al ganadero.
En los últimos días, el ánimo de los ganaderos franceses está que arde. Han realizado diversas concentración y manifestaciones y han anunciado que se seguirá con un calendario de acciones.
El Ministro francés de Agricultura, Stephan Le Foll, hizo el viernes pasado un nuevo anuncio de un paquete de medida para ayudar a los productores. Ha movilizado 23 millones de euros para aliviar las cargas sociales de los ganaderos y ha anunciado que se pondrán en marcha más medidas, adaptadas a los sectores y regiones más afectados. El Ministerio estima que un 10% de las explotaciones ganaderas francesas se encuentran en dificultades de diverso grado. El sector no es tan optimista.
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