Siempre es una buena noticia que se ponga dinero sobre la mesa como respuesta a las grandes dificultades por las que atraviesa el sector lácteo. Sin embargo, además de que la medida llega tarde, no entendemos la idea de que se reduzca la producción, de forma voluntaria, para reequilibrar el mercado y recuperar los precios. En UPA Andalucía entendemos que dicha reducción significa una pérdida de mercado que se deja en manos de países competidores y que es de difícil recuperación posterior. De ahí que reclamemos la obligatoriedad de reducir producciones mediante un plan ordenado y planificado que obligue, en mayor medida, a los países que contribuyan al excedente de leche. Algo que la Unión Europea no se ha atrevido a poner en marcha por falta de valentía.

El paquete de medidas de ayuda a los sectores con una crisis más grave, como el caso de los ganaderos de leche, es bien recibido. Se trata de un plan de apoyo con un presupuesto de 500 millones de euros para toda la UE, de los que 150 se destinarán a medidas de reducción de la producción de leche para reequilibrar la oferta y la demanda. El resto, 350 millones de euros, se dedicará a ayudas directas condicionadas al cumplimiento de requisitos ligados a la estabilidad de los mercados; es decir, a la contención de la producción. De este montante, a España le corresponderán 14,7 millones de euros.

Respecto a las medidas de gestión de mercados, la UE ha acordado la ampliación temporal, hasta diciembre, de las compras en régimen de intervención de la leche desnatada en polvo con un techo de compra a precio fijo de 350.000 toneladas. Y el régimen de ayudas al almacenamiento privado se ampliará hasta febrero de 2017. Sin embargo, echamos de menos un aumento de los precios de intervención pública para cubrir, al menos, los costes de producción, así como un incremento de las ayudas al almacenamiento privado y la mejora de las condiciones de ayuda alimentaria. Completan las medidas el anticipo, al 16 de octubre, de las ayudas de la PAC y de desarrollo rural vinculadas a la superficie, hasta un 70% y un 85% respectivamente, y la desvinculación de la ayuda asociada a la producción de vacuno de leche de la obligación de mantener vacas en 2017, con el objetivo de que no constituya un incentivo para incrementar la producción.

Pese a ello, desde UPA Andalucía lamentamos que se haya dejado fuera de estas medidas al sector caprino, que atraviesa una auténtica crisis que ha llevado a la desaparición de un importante número de cabezas en nuestra región debido a la constante caída de los precios y a la disminución primaveral de la proporción de extracto quesero. Insistimos en que se trata de un sector fundamental para Andalucía, donde sumamos unas 7.000 explotaciones, producimos más de 200 millones de litros de leche y en torno a 1.000.000 de kilos de carne.

Por último, también lamentamos que el incremento del precio de retirada de las frutas y hortalizas acordado por la UE, que estaba totalmente desfasado en relación con los costes de producción, y cuyo porcentaje aún desconocemos, se refiera a las retiradas que se hacen con cargo a los programas operativos de las organizaciones de productores cofinanciados al 50% por los agricultores, pero no a aquellas ligadas al veto ruso o a cualquier situación crítica excepcional.