El Gobierno
catalán acordó ayer crear una Comisión Interdepartamental de Prevención de
Riesgos y Daños producidos por las especies cinegéticas. La creación de esta
comisión es una
de las acciones concretas que contempla el Plan de prevención de daños impulsado
por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación.
Esta nueva
comisión está integrada por representantes del Departamento de Agricultura, de
Territorio y Sostenibilidad, de Interior y de Salud, y coordinará la acción del
Gobierno entre los diferentes departamentos dado que la problemática actual es
absolutamente transversal y afecta a gran parte del país.
La evolución
cultural de la sociedad catalana, más los cambios en determinados usos
territoriales y el establecimiento de zonas de especial protección, han ido
dejando en segundo plano la actividad cinegética, que se considera
exclusivamente como una actividad de ocio. La
consecuencia ha sido el incremento descontrolado de determinadas especies de
fauna salvaje, lo que nos ha abocado al desequilibrio del ecosistema ya una
situación de conflicto y riesgo todo el país.
Las densidades
de jabalí, por ejemplo, se han multiplicado por 7 en el conjunto del país en los
últimos 15-20 años. En el caso de los
conejos, las poblaciones medias en Cataluña se han multiplicado por más de 6.
Los daños a la
agricultura y accidentes de tráfico
Durante el
periodo 2003-2015 se han autorizado un total de 24.874 operaciones de capturas
excepcionales por daños a la agricultura. El
48% fueron para hacer controles de jabalí como especie responsable de los daños. Sólo
el año pasado se emitieron 4.500 autorizaciones. En
12 años se han multiplicado por 9 las autorizaciones por daños a la agricultura.
Los ungulados,
pero también los zorros y en menor medida liebres y conejos, están muy
relacionados con accidentes de tráfico. Generalmente,
se cumple que, además densidad y abundancia de estos animales, más accidentes. Entre
los años 2008 y 2014, tuvieron lugar 6.200 accidentes de tráfico con animales. En
el año 2014 se produjeron unos 1.900 accidentes con animales, 1.200 de los
cuales con ungulados cinegéticos. Se
calcula que hay entre 700 y 1000 accidentes anuales con jabalíes.
Por tanto,
estamos ante un medio desequilibrado, de una problemática de país que hay que
enderezar. Hay que aplicar todas las
medidas necesarias y posibles para superar esta problemática y llegar al
escenario de una población de fauna cinegética estable que no genere conflictos.
Un nuevo Plan de
actuaciones con una visión integral y más efectiva
La situación
actual requiere de una actuación transversal, un trabajo interdepartamental a
nivel de la Generalidad y interadministrativo (diputaciones, ayuntamientos). Y
también, a parte de la administración, implicar a los diferentes sectores de
manera global (cazadores, agricultores, industrias cárnicas, universidades y
grupos de investigación, etc.) Por lo tanto, hay que transformar el paradigma
actual, modificar leyes y normas, buscar nuevas tecnologías y buenas prácticas,
formar e informar a los ciudadanos y emprender el camino hacia esta nueva
situación con poblaciones equilibradas y bien distribuidas por el territorio
El Plan de
prevención de los daños y riesgos originados por la fauna cinegética tiene como
objetivo general establecer un nuevo marco legal, administrativo y operativo,
para hacer frente a los nuevos retos que generan los elevados niveles
poblacionales que han logrado varias especies cinegéticas. Se
trata de prevenir y controlar de forma eficiente y sostenible los riesgos y
daños que generan.
La estrategia
que se pone encima de la mesa es la necesidad
de equilibrar el ecosistema y
buscar unas poblaciones estables que no generen conflictos y minimizar los
existentes. Hay que hacer frente a
todos los impactos que tienen los daños de la fauna salvaje en: sanidad animal y
salud para las personas, agricultura y ganadería, accidentes y seguridad en las
vías de comunicación y biodiversidad y espacios naturales. El
reto es buscar un nivel sostenible de estas poblaciones de fauna cinegética para
que estén en equilibrio y en lugar de ser un problema sean una oportunidad en
los territorios rurales.
Un conjunto de
medidas para equilibrar el ecosistema
El plan se
estructura en 3 ejes principales: las mejoras del marco legal, la coordinación y
la participación, y las acciones de mejora en gestión y prevención.
Mejoras del
Marco legal
·
Elaboración y tramitación en el
Parlamento de una Ley de Caza de Cataluña:La
nueva Ley (la existente es del 1970) debe contribuir a la gestión sostenible de
los ecosistemas y al equilibrio territorial. Debe
tener en cuenta las diferentes actividades y sensibilidades de la ciudadanía y
convertirse en un verdadero motor de dinamización y de orientación de los
sectores económicos y del desarrollo rural y de montaña.
Actualmente, la
actividad cinegética está diseñada legislativamente, hasta hoy, como una
actividad de ocio, mientras que emerge otra necesidad, más social, que es el
control de daños y la gestión por un medio equilibrado y sostenible. La
nueva ley debe explorar e implantar nuevos modelos y definir y promover una
función mucho más social de la actividad cinegética. Necesitamos
una Ley que permita regular mejor los derechos y deberes y que modernice y
adapte la caza en el siglo XXI.
·
Elaboración y tramitación
interdepartamental del Decreto de comercialización de carne de caza: Este
Decreto, consensuado con los sectores implicados y en fase final de elaboración
por parte de los departamentos de Salud y de Agricultura, establecerá los
requisitos sanitarios de recogida, transporte y comercialización de la fauna
cinegética. El
objetivo es regular la comercialización de la carne de caza para garantizar la
seguridad y fomentar una actividad económica ligada a la gastronomía y al
territorio.
Coordinación y
participación de la administración y agentes implicados
·
Creación de una Comisión
Interdepartamental de Prevención de Riesgos y Daños de Especies Cinegéticas. Creada
hoy por el Gobierno, se pondrá en funcionamiento de forma inmediata para
proponer y evaluar las estrategias para garantizar el cumplimiento de la
normativa de prevención de riesgos y daños por parte de los diferentes
departamentos de la Generalidad. También
elaborará instrumentos que impulsen la aplicación de los principios de buenas
prácticas y conductas recomendables para prevenir daños y evitar riesgos. Además,
promoverá trabajos de diagnóstico y conocimiento para aplicar y mejorar la
implantación de políticas de prevención.
·
Creación de órganos de
coordinación para la prevención de daños en zonas de seguridad. En
estas zonas, de alta densidad urbana, la gestión es compartida y se hará con sus
promotores, fundamentalmente ayuntamientos, y con la implantación de un sistema
mixto de control de los daños entre la Administración, los cazadores y los
agricultores. Se
han iniciado dinámicas en este sentido en algunas zonas con éxito, como el
Barcelona o Lleida, y se pretende ampliar a otras zonas. Se
trata de intensificar y mejorar los mecanismos de control ya existentes en las
llamadas zonas de seguridad (zonas donde no se puede cazar por su proximidad con
los núcleos urbanos).
·
Desarrollo de planes piloto de
prevención y mitigación de los daños en comarcas con problemáticas específicas y
para especies determinadas. Estos
planes piloto han comenzado a planificar de manera específica por territorios y
problemáticas muy concretas. Si
los resultados son positivos están pensados para que se puedan también
transferir rápidamente y adaptarse al resto de lugares de Cataluña donde haya
situaciones análogas. Uno
de los primeros planos pilotos que el Departamento de Agricultura ya ha puesto
en marcha es referente a los daños producidos por el jabalí en la Cataluña
Central, concretamente en la zona de Cabreres-Montseny (Barcelona). De
acuerdo con representantes de la Federación de Caza, administraciones y
agricultores han consensuado unos acuerdos transversales que planifican las
batidas para el año 2017 para ganar en efectividad.
Otro plan piloto
es el Plan
especial de control del jabalí, la
especie que en estos momentos origina más conflictos en cuanto a accidentes de
tráfico (86% de los accidentes con especies cinegéticas), daños en el sector
primario (48% de las autorizaciones excepcionales) y el riesgo sanitario para la
ganadería y para las personas. Por
esta razón, merece un tratamiento específico a escala de toda Cataluña.
Finalmente, un
tercer plan
piloto actuará en zonas vitivinícolas para
incidir directamente sobre daños producidos en el cultivo de la vid.
Acciones de
mejora de la gestión y de la prevención
·
Creación de una unidad
administrativa específica y dotación para hacer frente al problema de los daños. El
objetivo es agilizar y armonizar toda la actuación en el ámbito de Cataluña, al
tiempo que se gestiona la información y se coordinan las actuaciones en un único
sitio. Esta
es una medida que ya está en funcionamiento desde el mes de noviembre. Permite
entre otras una mejora
y simplificación de la tramitación de los expedientes por daños.
·
Ampliación del Plan de vigilancia
sanitaria de la fauna salvaje . Se
amplía con la extensión a enfermedades de interés humano y de interés para las
especies salvajes, y la implantación de un control más efectivo. Se
incrementan el número de muestras en animales salvajes para detectar posibles
enfermedades como la tuberculosis, la triquina, la brucelosis o la sarna que
pueden contraer los humanos. Asimismo
está previsto crear un Banco de Datos Únicas de Zoonosis (enfermedades que se
transfieren a las personas) para disponer de una buena red de comunicación que
agrupe la información dispersa sobre sanidad animal y salud pública.
·
Estudio y diagnóstico de las
causas del problema y de los efectos económicos de los daños hacia el parque
automovilístico, la agricultura y la ganadería. El
objetivo es conocer para actuar mejor y prevenir. Es
totalmente necesario recoger informaciones de los diferentes territorios y
afectaciones, hacer valoraciones y estudiar nuevas propuestas para poder luchar
contra las sobrepoblación de determinadas especies y para prevenir daños. Hay
que hacer una gestión cinegética como función social y equilibradora del
ecosistema, que incluya investigación,
desarrollo, y transferencia tecnológica en materia de prevención de riesgos y de
daños, así como gestión agraria preventiva.Fuente:
DARP
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