El sector de la aceituna de verdeo lleva unos años soportando una situación insostenible que está poniendo seriamente en jaque la continuidad de su actividad. Así, se acerca la próxima campaña de recogida y los agricultores temen que los precios que van a percibir por su aceituna de mesa no lleguen a cubrir ni los costes de producción. Eso es lo que ha venido ocurriendo en los tres últimos años; así, la última campaña, los gastos generados para producir un kilo de aceituna gordal se situaron en torno a 1 euro, mientras que la industria pagó al agricultor por ese kilo unos 65 céntimos. Por tanto, los productores arrastran unas pérdidas que les hacen plantearse si coger la aceituna, reservarla para moler o, directamente, dejarla tirada en el suelo, según informa UPA Andalucía.
Uno de los grandes hándicaps con los que se encuentra el sector productor es que no es uno de los agentes que decide con antelación los precios que tendrá su producción. La solución pasaría porque se establezcan contratos tipo que permitan fijar por convenio unos precios mínimos ligados a los costes de producción antes de cada campaña, para evitar la incertidumbre y las pérdidas con que se encuentran los agricultores año tras año.
Salvar la campaña con unos precios razonables para los agricultores es el objetivo más inmediato, no obstante, desde UPA Andalucía, también vienen reclamando otras medidas para el sector: es necesario un marco legal de establezca márgenes comerciales para evitar los abusos en la cadena alimentaria y las prácticas comerciales desleales. A este respecto, la organización agraria está satisfecha porque la futura Ley de Agricultura y Ganadería de Andalucía que está actualmente en proyecto y discusión, ya contempla esta reivindicación histórica. Así, prácticas tan poco ortodoxas como la venta a pérdidas o el uso de productos agroalimentarios como gancho, se prohibirían y sancionarían.
Para UPA, también es necesario trabajar para que el sector productor concentre su oferta. Actualmente está muy atomizado y tiene un perfil mayoritario de pequeñas explotaciones que no poseen la fuerza suficiente en la cadena agroalimentaria; del otro lado, hay una industria compuesta por muy pocas grandes empresas que deciden unilateralmente los precios.
Así mismo, hay que trabajar porque los agricultores se unan en cooperativas y sean capaces de transformar, distribuir y comerciar sus productos, de forma que puedan quedarse con el valor añadido generado. Pero, para que esto sea posible, es necesaria la existencia de ayudas asociadas para la aceituna de mesa. También se podría incluir la aceituna de mesa dentro de los programas operativos de las OPFH para que puedan acceder a ayudas para la modernización y retirada de excedentes. Solo de esta manera, podremos seguir apostando por la calidad, la innovación, la investigación y el futuro del sector.
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