Actualmente, el consumidor dispone de versiones de alimentos y bebidas bajas en calorías, en los que se han sustituido los azúcares añadidos con edulcorantes bajos en calorías. Las indicaciones de tales alimentos señalan que pueden contribuir a tener una dieta más saludable, ya que ofrecen un sabor agradable y dulce pero con menos calorías. Sin embrago, de acuerdo con una reciente investigación llevada en la Universidad de Illinois (EEUU), el uso frecuente de edulcorantes bajos en calorías puede generar efectos perjudiciales para la salud, incluido un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Los resultados de esta investigación han sido publicados en el American Journal of Clinical Nutrition.
La sensibilidad a la insulina describe cuán sensible es el cuerpo a los efectos de la insulina, la hormona que elimina la glucosa del torrente sanguíneo. Alguien que sea sensible a la insulina necesitará una pequeña cantidad de insulina para bajar el nivel de glucosa en sangre. Por el contrario, alguien que tenga una baja sensibilidad a la insulina (también llamada resistencia a la insulina) necesitará una mayor cantidad de insulina para eliminar la misma cantidad de glucosa del torrente sanguíneo. La resistencia a la insulina es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2.
Los 66 participantes del estudio se dividieron en dos grupos. La mitad de ellos (33) consumieron sucralosa 3 veces al día en las bebidas, en una cantidad que suponía un 45% de la ingesta diaria admisible. La otra mitad era el grupo de control, que no tomó sucralosa. Las variables clave del metabolismo de la glucosa se evaluaron utilizando una medición intravenosa 3 horas antes y después de consumir la bebida edulcorada con sucralosa.
Los resultados mostraron que las personas del grupo de sucralosa experimentaron una reducción estadísticamente significativa del 18% en la sensibilidad a la insulina en comparación con una reducción de solo un 2,8% en el grupo de control. Este hallazgo sugiere que el consumo regular de sucralosa puede conducir a la resistencia a la insulina en personas sanas con peso normal.
La sucralosa puede afectar el control del azúcar en la sangre al activar los receptores de sabor dulce en el intestino, lo que desencadena la liberación de insulina. También se cree que los edulcorantes artificiales alteran el equilibrio de las bacterias intestinales buenas en una dirección que puede conducir a la resistencia a la insulina y al aumento de peso, según recoge The Globe and Mail, Health an Fitness.
El endocrinólogo me dijo que no debía usar ningún edulcorante por las razones que el estudio al que su artículo hace alusión refiere. Más bien, el médico me dirigió a bajar el alto consumo de carbohidratos progresivamente y a evaluar los resultados cada seis meses. Sin embargo, no recuerdo cómo tuve el comentario de alguien que sostenía que la excepción era la Estevia.
Si ustedes pudieran brindar alguna información basada en estudios al respecto se los agradeceré mucho, pues , aunque consumo la quinta parte de azúcar de lo que solía en el pasado, veo que mi paladar encuentra un límite para tomar alimentos tan insípidos.
Les doy las gracias por leer esta solicitud. Dios los guarde siempre.