La Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Senado pidió el lunes al Gobierno que en la modificación del Real Decreto 1049/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba la norma de calidad relativa a la miel, actualmente en preparación, se establezca la obligatoriedad de indicar en la etiqueta el país o países de origen del producto. La moción, presentada por el Grupo Socialista y enmendada por el Grupo Popular y por el Grupo Mixto-Compromis ha contado con el apoyo de todos los grupos.
El senador del PSOE, Amaro Huelva, impulsor de esta iniciativa, ha mostrado su agradecimiento a todos los grupos por su apoyo y ha destacado la importancia de esta iniciativa dirigida a buscar una solución al problema relativo a la comercialización de la miel. “Señorías, con esta moción pretendemos que por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se sea sensible con las más de 24.500 explotaciones apícolas que existen, o existían, al menos, cuando hicimos esta moción, y que integran casi 2.500.000 colmenas”, ha precisado.
En su intervención, el senador onubense ha subrayado que el censo de la apicultura española es el mayor de la Unión Europea, “tenemos la producción más alta y el mayor grado de profesionalización, aún coexistiendo los profesionales con un número considerable de pequeños apicultores que producen para su autoconsumo” y ha señalado que “nuestra producción ronda, en torno, a las 34.000 toneladas con un valor aproximado de 62 millones de euros, somos también el primer país productor de la UE y el duodécimo del mundo”.
Asimismo, ha subrayado que la miel española presenta cifras positivas en términos económicos y ha hecho hincapié en que exportamos un 65% más de miel que el que importamos, y en que nuestros principales destinos de exportación son Francia y Alemania, que acaparan el 60% de la exportación comunitaria.
No obstante, Amaro Huelva ha advertido de que nuestro país también es un gran importador de mieles, 22.000 toneladas, que en más de un 65 % proceden de China, al igual que ocurre en el resto de la Unión Europea, en la que China supera a proveedores históricos como Argentina o Uruguay.
En este sentido, ha recordado que la Directiva 2001/110/CE del Consejo de 20 de diciembre de 2001 relativa a la miel, estableció un cierto margen para que los Estados Miembros pudieran obligar a sus operadores a indicar, en el etiquetado de mieles de mezcla, el país de procedencia de cada una de las fracciones de miel que la conforman. “Así lo hizo Italia al trasponer la Directiva a su ordenamiento jurídico interno, y Francia ha hecho una modificación reciente en su normativa interna para recoger esta obligación que permite la Directiva”, ha agregado.
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