La Consejería de Fomento ha decidido declarar peligro medio de incendios forestales en Castilla y León hasta el 4 de abril debido a la persistencia de una situación meteorológica de sequía prolongada y temperaturas anómalamente elevadas para la época del año. Desde hace días, se prohíben o restringen temporalmente las autorizaciones de quema tramitadas. La Junta ha adaptado el despliegue de su operativo de lucha contra incendios a este riesgo, movilizando técnicos y agentes medioambientales de guardia, cuadrillas, buldóceres, autobombas y medios aéreos.

La ausencia de precipitaciones, las actuales temperaturas, superiores a las normales para esta época, y el déficit hídrico que es de un 50 % en muchas zonas de montaña y del 30 % en el resto de la Comunidad, incrementan mucho el riesgo potencial y la peligrosidad de los incendios que se puedan producir. Este invierno ha sido considerado el más cálido de los registros meteorológicos conocidos y con temperaturas superiores a las normales, lo que sitúa a 2019 como un año de elevado riesgo, muy diferente del pasado 2018.
En lo que va de año, el operativo de la Junta de Castilla y León ha hecho frente a más de 500 incendios forestales en la Comunidad, que han afectado unas 220 hectáreas arboladas y aproximadamente 3.000 hectáreas de matorral y pasto. Además, el operativo ha tenido numerosas intervenciones en otros tipos de incendios, agrícolas o urbanos.
Por este motivo el operativo de Castilla y León ha realizado un despliegue adecuado para el riesgo previsible en las próximas jornadas que consiste en técnicos y agentes medioambientales de guardia, 85 autobombas, 33 cuadrillas terrestres, 4 buldóceres, 9 helicópteros y 15 cuadrillas helitransportadas. Este operativo es reforzado por el MAPA con 2 helicópteros y una brigada helitransportada y un avión de coordinación ubicados en Castilla y León y 2 aviones anfibios, 8 helicópteros y 5 brigadas helitransportadas en las comunidades limítrofes que podrían dar apoyo, si resulta necesario.
Castilla-La Mancha
Por otro lado, Castilla-La Mancha ha prohibido hasta el 30 de septiembre, determinadas prácticas que implican un elevado riesgo de incendios, tales como la quema de restos vegetales o el empleo de maquinaria que pueda dar origen a un fuego. Este año, la fecha de prohibición se ha adelantado, ya que habitualmente comenzaría el 1 de junio. La sequía ha sido la causa de este adelanto.
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