El bosque en Finlandia tiene un papel muy importante en la vida de los finlandeses. Así lo pudimos comprobar en el viaje a Finlandia que recientemente organizó la Comisión Europea para la prensa, y en el que Agrodigital.com tuvo la oportunidad de participar.

Un 75% de la superficie de Finlandia está cubierta de bosque, es decir, unas 25 millones de hectáreas son de bosque. Además, el 20% de las exportaciones finlandesas están relacionadas con productos forestales. A diferencia de lo que ocurre en otros países, una gran parte de los bosques son de propiedad privada (aproximadamente el 60% según datos FAO). Casi una familia finlandesa de cada cinco posee un trozo de bosque.
En el sector agrario, el bosque juega un papel muy importante en la supervivencia de las explotaciones agrarias finlandesas. Una gran parte de ellas cuenta con una superficie de bosque, cuyo aprovechamiento permite completar los ingresos obtenidos por la actividad agrícola o ganadera y de esta forma, permitir su continuidad. Muchas granjas finlandesas tendrían que cerrar si no fuera por el complemento de los bosques.
También hay familias que viven en la ciudad y no tienen intereses agrarios, pero si tienen bosque. Como media, cada familia propietaria tiene unas 30 ha de bosque. Los bosques, aunque sean propiedad privada, no están vallados. A veces son atravesados por carreteras y la gente puede entrar en ellos, a pasear, acampar, recoger setas o leña.

Tanto las explotaciones agrarias, como las familias particulares, rara vez se ocupan ellos mismos del cuidado, gestión y aprovechamiento de los bosques. Para ello, hay cooperativas y empresas encargadas. Como es el caso de Metsalitto Coop, que es una cooperativa con 103.000 socios y 85 años de antigüedad.
En Finlandia, los bosques se gestionan como un sector productivo más. Se obtiene madera y pulpa de madera, que alcanza unos precios de 60 €/m3 y 20 €/m3, respectivamente. También son los responsables del 15% de la energía renovable de Finlandia. La tala de árboles se hace manera organizada de manera que no queden zonas deforestadas. Tras la tala, se vuelve a plantar.

El bosque de Finlandia es muy diferentes a los bosques del centro de la UE, como los de Alemania y Francia. La principal diferencia es que se trata de bosques de vida corta a diferencia de los del centro de Europa, que están formados por árboles centenarios. Los árboles finlandeses, si no se cortan, mueren sin llegar a ser centenarios. Se cortan a los 80 años, aproximadamente.
Por este motivo, el sector forestal de Finlandia trata de explicar en Bruselas, ante la nueva regulación comunitaria que se quiere poner en marcha, que no se pueden establecer unas normas homogéneas en toda la UE sino que hay que atender a la casuística de cada país.
En relación con las críticas que reciben por la tala de los árboles, los productores finlandeses señalan, no solo la importancia que tiene para mantener la supervivencia de las explotaciones agrarias y por tanto, la población rural de un país escasamente poblado, sino que además, y lo que es más importante, los bosques finlandeses crecen más que lo se aprovechan. La tasa de crecimiento de la superficie forestal entre 2014-17 ha sido de 143 m3/ha.
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