Científicos de la Universidad de California Davis (Estados Unidos) han utilizaron la tecnología CRISPR para introducir betacaroteno, el precursor de la vitamina A, en el arroz. Estaríamos hablando de lo que conocemos como “arroz dorado” pero obtenido a través de las tecnologías CRISPR. “Utilizamos CRISPR para dirigir con precisión esos genes a puertos genómicos seguros, o regiones cromosómicas que sabemos que no causarán ningún efecto adverso en el organismo huésped”, explica el primer autor del estudio Oliver Dong, investigador postdoctoral en el Departamento de Patología Vegetal de UC Davis.

Los investigadores insertaron con precisión un fragmento muy grande de ADN que no contiene genes marcadores que se utilizan en la ingeniería genética convencional. Los genes marcadores se retienen durante generaciones. Pese a no tener ningún riesgo, a menudo desencadena la preocupación pública y estrictas regulaciones de los productos transgénicos antes de su introducción en el mercado. Según Dong, los científicos han realizado inserciones dirigidas con y sin genes marcadores, pero no han podido hacerlo con fragmentos de ADN tan grandes.
Esto abre la posibilidad de que los genes que controlan múltiples rasgos deseables, como tener altos niveles de betacaroteno, además de ser resistentes a la enfermedad o tolerantes a la sequía, puedan agruparse en una sola posición dentro del genoma.
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