El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Suárez-Quiñones presentó ayer en el Consejo Agrario el proyecto Decreto sobre zonas vulnerables por nitratos, dando un paso más en su tramitación.
La primera Declaración de Zonas vulnerables se realizó en 1998 (Decreto 109/1998) que se revisó en 2009 (Decreto 40/2009). Con el presente proyecto de Decreto se quiere volver a revisar las zonas vulnerables, proponiendo nuevas zonas que se han definido mediante un estudio pormenorizado de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas.
Con esta nueva declaración se pasa de 67 municipios declarados como Zona Vulnerable a 387. Es una propuesta muy ambiciosa, que aumenta en más de 10.000 kilómetros cuadrados la superficie de la Comunidad declarada como zona vulnerable, pasando de 2.340,62 kilómetros cuadrados a 14.414,11 kilómetros cuadrados. Esto supone tener una figura de protección sobre el 15 % de la superficie de la Comunidad. Pero mucho más significativo es que esa figura de protección se extiende hasta el 20 % de la superficie agraria útil de Castilla y León.

Las zonas vulnerables propuestas incluyen zonas en las que abunda la ganadería intesiva y otras en las que no. Por lo tanto, no hay relación directa entre la contaminación por nitratos y la ganadería intensiva.
Con el Decreto se aprobará el Código de Buenas Prácticas Agrarias (CBPA), que no tiene carácter obligatoria y que agrupa recomendaciones para realizar una racional actividad agrícola.
No obstante, los programas de actuación de las zonas declaradas como vulnerables a la contaminación por nitratos de fuentes agrícolas y ganaderas, y las medidas contenidas en ellos, serán de obligado cumplimiento. Estos programas se desarrollarán mediante Orden, posteriormente a la nueva declaración de zonas vulnerables, en cuyo proceso se contará con la participación de las organizaciones profesionales agrarias.
La implicación para los agricultores afectados es básicamente que deberán desarrollar planes de fertilización que tenga en cuenta todos los aportes de nitrógeno que tiene el cultivo, como por ejemplo, los nitratos en las aguas de riego, restos de las cosechas anteriores o de anteriores aportes, etc, todo ello con la finalidad de evitar aportar excesos de nitrógeno en los cultivos, que son los que provocan esta contaminación.
Hay que apostar por controlar los nitratos y pensar en métodos menos dañinos para la salud , técnicos especialistas al lado de los agricultores y ganaderos para conseguir esos propósitos , hay que pensar que todos nos necesitamos para vivir mejor