La consellera de Agricultura de la Comunidad Valenciana, Mireia Mollà, ha trasladado a la Asociación de Flores y Plantas de la Comunitat Valenciana (Asfplant) los detalles de las ayudas de 2,4 millones de euros que la Administración autonómica ha puesto en marcha para este sector, en el que la crisis sanitaria ha hecho perder la campaña de planta ornamental y flor cortada de este año.

Mollà ha incidido en los daños de un sector marcado por la estacionalidad y que, en la Comunitat Valenciana, representa el 35 % de la superficie y el 19,2 % de producción estatal.

La consellera, que ya remitió una carta al ministro de Agricultura reclamando medidas de apoyo a los productores, ha recordado su compromiso y que su departamento ya ha puesto en marcha unas primas a los viveros que oscilan de los 1.000 a los 3.500 euros por hectárea.

Los fondos propios destinados no son la única medida de la Conselleria, que mantiene la necesidad de que la Comisión Europea utilice el fondo de reserva de la Política Agraria Común para «adoptar medidas excepcionales y urgentes de rescate», ha señalado Mollà.

«Insto al ministro Luis Planas a retomar las propuestas que le hice llegar y a aprobar un decreto con ayudas, líneas de crédito a través del ICO a interés cero, rebajas tributarias en las cotizaciones de la Seguridad Social y compensaciones de la Entidad de Seguros Agrarios con el fin de paliar la difícil situación en las que se encuentran las explotaciones, viveros, cooperativas y todas las familias que viven de ellas», ha añadido la consellera.

Mireia Mollà ha comunicado a los representantes de Asfplant que la Comunitat Valenciana ha unido sus reivindicaciones a las de otras cinco comunidades autónomas: Andalucía, Murcia, Canarias, Cataluña y Galicia.

«Los meses de marzo a mayo concentran hasta el 80 % de las ventas del sector», ha señalado la consellera. Fallas, Semana Santa, Día de la Madre, Feria de Abril o Cruces son solo algunas de las fiestas que se han suspendido o aplazado y, dada la irrupción súbita de la emergencia, se ha hecho imposible prevenir su impacto.

Las comunidades, en su escrito al ministro de Agricultura, han argumentado el valor añadido y la carga tecnológica de estos operadores, al mismo tiempo que han abogado por desarrollar campañas de promoción que promuevan la compra de flores y plantas como un bien esencial y que fomenten su consumo todo el año, más allá de fiestas y efemérides.