José Manuel Sánchez-Vizcaíno, Catedrático de la Facultad de Veterinaria de la UCM, se ha mostrado esperanzado de poder lograr una vacuna contra la peste porcina africana (PPA), ya que tras largos años de investigación sobre una enfermedad tan compleja y extendida por los cinco continentes con multitud de variantes, en este momento, se disponen de tres prototipos de vacuna para jabalíes y cerdo doméstico, con resultados prometedores. Así lo ha manifestado en su intervención en el primer taller Internacional VACDIVA, dirigido al sector porcino, que tuvo lugar en la Llotja Lleida la semana pasada.
VACDIVA es un proyecto europeo que trabaja para desarrollar en los próximos tres años una vacuna contra la PPA, que está liderado por Sánchez Vizcaino. El investigador ha destacado la importancia de que la vacuna sea DIVA, es decir, que permita diferenciar anticuerpos naturales de anticuerpos vacunales. Desde VACDIVA se ha apostado por las vacunas atenuadas, que son las más efectivas, y entre ellas hay tres categorías, pero se trabaja sobre todo con dos de ellas, en las que se tienen puestas más esperanzas. El proyecto incluye diferentes opciones para jabalíes, a los que se les administraría de forma oral, y cerdo doméstico.
Sánchez Vizcaíno también ha puesto énfasis en que, si bien es esencial disponer de una vacuna segura y eficaz, el control de la fauna salvaje, la bioseguridad y la colaboración de las administraciones y ganaderos son fundamentales para poner fin al problema, como se ha podido comprobar con la epidemia del Covid.
VACDIVA cuenta con un presupuesto de 10 millones de euros, un equipo veterinario y científico europeo de alto nivel dentro de la UE y colaboraciones con otros institutos que participan desde China, Rusia y Kenia. Su principal objetivo es conseguir una vacuna segura y eficaz. Sánchez Vizcaíno resalta la importancia de que se pueda aplicar también fuera de la Unión Europea, porque es la única manera de acabar con la enfermedad, afrontándola de manera global.
Orígenes y principales retos
La PPA es una enfermedad bastante desconocida, que ha dado tres grandes saltos para propagarse desde el continente africano. El primero en 1957, cuando se detectaron los primeros casos en Portugal. Tres años más tarde llegó a España. En 2007 se produjo el último salto, que ha acabado afectando a cinco continentes, con 8 escenarios epidemiológicos, lo que implica, aclara Sánchez-Vizcaíno, que “no existe una receta única”, sino que se debe abordar poniendo en práctica programas de contingencia adaptados a la casuística de cada país. En este sentido apunta el gran peso que tienen las tradiciones y las culturas de cada territorio.
En China, totalmente afectada por la enfermedad, por ejemplo, las cuestiones de tipo cultural son las más difíciles de controlar. Su tradición de comprar sangre para alimentación y usar desperdicios de los alimentos para el ganado, han contribuido en gran medida a su propagación.
Otro factor a tener en cuenta es que se puede transmitir a través de la fauna salvaje, especialmente los jabalís, que contagian a los cerdos domésticos. La alimentación es también un foco de infección. El investigador ha puesto el ejemplo de que unos restos de comida procedente de países afectados de PPA no representan ningún riesgo para los seres humanos, pero si dejan abandonados, por ejemplo, en una cuneta y i un animal salvaje los ingiere, se comienza a propagar el virus.
Los principales riesgos que afrontamos, explica Vizcaíno, son la globalización; el hecho de que se haya confirmado su presencia en Haití -donde entró a través de los alimentos de ayuda humanitaria- y República Dominicana; el hecho de que los planes de contingencia estén poco adaptados a los países; y las pequeñas granjas, que en muchas ocasiones no disponen de información adecuada y carecen de medidas de bioseguridad, como el doble vallado.
Para evitarlo, el experto propone a parte de la divulgación de las investigaciones, planes de contingencia adaptados a cada realidad, aumentar la bioseguridad en granjas, transportes y mataderos; contar con laboratorios preparados, y programas sanitarios eficaces. La detección temprana es esencial, si un ganadero sospecha que se encuentra frente a un caso de PPA, debe realizar al animal un PCR y un test serológico.
El acto ha sido organizado por Vía Campesina, Horizciencie, COAG y JARC que han manifestado que aceptaron el reto de participar en el proyecto VACDIVA ya que contempla la transmisión del conocimiento generado al sector ganadero
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