La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) alerta de que el sector prevé una bajada de la producción de un 60% en relación con una campaña de plena producción debido a la sequía que se arrastra desde finales de 2020 y que está dañando la producción de viñedo de muchas partes del territorio catalán. En las comarcas del Penedès y el Alt Camp se podría llegar a perder hasta un 80% de la uva, según datos de las cooperativas vitivinícolas, que se han reunido en las instalaciones de Cellers Domenys y han puesto en común los estudios de afectación de la actual sequía.
En determinadas zonas, la preocupación aumenta ante la posibilidad de que se produzca la muerte de las cepas y el consiguiente abandono de las plantaciones. La causa es que el viñedo es un cultivo de secano que mayoritariamente depende del régimen pluviométrico y, desde hace mucho tiempo, se está dando una situación de severidad por la falta de lluvias.
La preocupación de los viticultores se traslada a las cooperativas, que tendrán que hacer frente a unos gastos fijos pese a la caída en la entrada de uva.
Joan Josep Raventós, responsable de vino y cava de la FCAC, adelanta que “se necesitan medidas para paliar los efectos de la falta de producto en las cooperativas. Nos encontramos ante una campaña muy difícil, con un bajón histórico de la producción y posibles consecuencias nefastas para el sector, como el abandono de tierras o la falta de viabilidad de las empresas”.
En este sentido, la FCAC solicita a la Administración que se establezcan ayudas directas para contribuir a paliar este efecto y garantizar la sostenibilidad de tejido cooperativo.
Las comarcas donde se prevé una incidencia inferior de la sequía serían Empordà y Terra Alta, especialmente esta última donde los efectos serían prácticamente inexistentes.
Y el maíz en Aragón también