Las ONG ANDA y Animals´ Angels realizaron la semana pasada una inspección de las instalaciones el Mercado de Ganado de Santiago de Compostela, que se encuadra dentro de una serie de visitas que han realizado a este mercado en los últimos cuatro años. El equipo de investigación pudo comprobar que se habían producido ciertas mejoras evidentes en las instalaciones con aprovisionamiento de agua en todos los corrales y aporte de buen material de cama.
Sin embargo, no se ha resuelto uno de los principales problemas de este mercado que es el pésimo estado físico de algunas vacas (conocidas como vacas de «desvieje») que al final de su vida productiva láctea se llevan al mercado para ser vendidas con destino a matadero con fines cárnicos como último aprovechamiento productivo. Son animales que debido a la intensa vida productiva láctea se encuentran en un estado de debilidad, extrema delgadez (emaciación) o problemas de locomoción. En consecuencia, su transporte desde la granja de origen hasta el mercado, la estancia en el mercado hasta su venta y su posterior traslado hasta el matadero implican unas operaciones de carga, descarga, manejo y cansancio que las vacas, en el deteriorado estado físico en el que ya están, a duras penas pueden sobrellevar sin elevadas dosis de dolor y sufrimiento.
Como prueba, el caso concreto de una vaca, a la que llamaremos «Lilou». El equipo de ANDA y Animals’ Angels observaron a Lilou por primera vez en el mercado a las 10:20 de la mañana. El animal presentaba una extrema cojera al no poder apoyar su peso en la pata delantera izquierda. Se movía con mucha dificultad y dolor obligándose a mantener la espalda permanentemente arqueada tanto en su posición erguida como al caminar. Una vez en el mercado el transportista de la empresa cárnica que suele comprar este tipo de vacas desahuciadas se negó a transportar a Lilou ya que la consideró, correctamente, como no apta para el transporte según la legislación vigente. A las 18:00 el propietario decide volver a cargarla en su camión y llevarla de nuevo a la granja de origen (sometiéndola a otro transporte). La legislación actual sobre protección animal durante el transporte indica que los animales que cojean y no pueden apoyar su peso repartido entre todas las extremidades deben ser considerados como «no aptos» y, por lo tanto, no pueden transportarse bajo ninguna circunstancia. En consecuencia, Lilou nunca hubiera tenido que ser transportada sino sacrificada en origen, en la granja.
Por otra parte, los servicios veterinarios del mercado tendrían que haber rechazado a Lilou devolviéndola a origen sin descargar o, mejor aún, sacrificándola en el mismo mercado para evitar mayores sufrimientos, según señalan desde las ONG. Legalmente, tanto el transporte desde la granja al mercado como desde el mercado de vuelta a la granja nunca deberían haber tenido que producirse y ambos son, cuando menos, irregulares.
Las organizaciones se pusieron en contacto con los servicios correspondientes de la Xunta de Galicia y reconocen, que de forma inmediata, se pusieron a trabajar para investigar estos hechos.
Ante la persistencia de casos como el de Lilou en el mercado de Santiago de Compostela, desde Animals´ Angels y ANDA urgen que se tomen medidas en su gestión que nos ayuden a superar este problema. Las medidas deberían estar enmarcadas en un «plan marco» específico para estas circunstancias y que debe implicar a todos los actores.
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