Investigadores de la Universidad de California Riverside modificaron genéticamente plantas de tomate para que crecieran en un tamaño ideal para plantarlas en el espacio. Con este estudio, los astronautas podrían plantar tomates y comer frutas recién recolectadas en la Estación Espacial Internacional.
«Es caro enviar alimentos a los astronautas, así que lo ideal sería que ellos mismos los cultivaran», señalan los investigadores, que centran su trabajo en cómo cultivar plantas sin luz y tratar de reducir y minimizar la cantidad de luz. Han utilizado el sistema de edición genética CRISPR para crear plantas de tomate diminutas, que fueran compactas y con poca proporción de tallos y hojas respecto a los frutos. Asimismo, han alterado la genética de las plantas de tomate para utilizar acetato como fuente de energía en lugar de luz solar.
Cuando los investigadores han mostrado los resultados a la NASA, los astronautas estaban muy emocionados. Actualmente, la investigación se está evaluando en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida. La siguiente fase incluye el envío de semillas a la Estación Espacial Internacional.
Los astronautas cosecharán la fruta y luego las semillas serán replantadas para cultivar otro lote de tomates. Este será el primer experimento de semilla a semilla a semilla en el espacio.
Pero los tomates no son lo único que hay en el menú. El equipo de investigación ha desarrollado un cultivo de hongos rico en proteínas utilizando la misma tecnología.
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