Continuamos la entrevista con Francisco Morales, director general de Sakata Ibérica, abordando las principales líneas de mejora genética, los compromisos en sostenibilidad y las iniciativas con las que la compañía impulsa el consumo de hortalizas y el reconocimiento del sector.
¿En qué cultivos o líneas estáis centrando hoy vuestra inversión en investigación y desarrollo?
La compañía ha seguido una estrategia clara de diversificación. Tradicionalmente fuerte en cultivos al aire libre como las brásicas o el melón, Sakata ha intensificado en los últimos años su inversión en cultivos protegidos. Esta apuesta se ha materializado con fuerza en el centro de investigación ubicado en Almería, al que se han dotado de nuevos programas para reforzar su papel en la región.
Gracias a esta inversión, la compañía ha ampliado su presencia en los cuatro cultivos protegidos más relevantes del mercado, consolidándose como un actor competitivo también en este segmento. Desde la empresa subrayan que este desarrollo responde directamente a las demandas del sector, con una mejora genética cada vez más adaptada a las condiciones locales y a los retos agronómicos actuales.
¿Qué iniciativas estáis desarrollando en materia de sostenibilidad?
Sakata aborda la sostenibilidad desde dos vertientes. Por un lado, se trabaja para que los agricultores puedan ser más sostenibles y competitivos. Esto se traduce en variedades con mayores resistencias, menor necesidad de tratamientos y estructuras de planta que permiten un uso más eficiente de insumos y mano de obra. Reducir la carga de trabajo, mejorar la rentabilidad y facilitar el manejo del cultivo son aspectos clave que se persiguen desde el inicio de cada programa de mejora.
Por otro lado, también se aplican medidas a nivel interno en las estaciones experimentales. En el centro de Almería, por ejemplo, se ha avanzado hacia un sistema de riego que maximiza la recirculación del agua, y el agua que no puede recircularse se destina a las zonas verdes. Además, se ha apostado por el autoconsumo eléctrico mediante placas solares, reduciendo así el impacto ambiental y avanzando hacia una infraestructura más eficiente y responsable.
¿Qué importancia tienen campañas como +Brócoli, Love Klabaza o los Premios Sakata?
Desde Sakata se considera que la promoción del consumo hortícola es una asignatura pendiente del sector. Iniciativas como +Brócoli o Love Klabaza responden a esa necesidad de movilizar al consumidor y fomentar hábitos saludables. En el caso del brócoli, por ejemplo, el crecimiento del consumo en los últimos 20 años ha ido de la mano de campañas divulgativas que han contribuido a aumentar la demanda y, en consecuencia, la superficie cultivada.
Estas acciones tienen un doble objetivo: por un lado, poner en valor los beneficios de las hortalizas frente a los productos ultraprocesados, y por otro, destacar el papel de la agricultura como generadora de riqueza, salud y sostenibilidad. Sakata no solo promueve el producto, sino también el trabajo que hay detrás, contribuyendo a mejorar la imagen del sector en su conjunto.
Una mención especial merecen los Premios Sakata, que reconocen iniciativas que fomentan una alimentación saludable, sostenible y equilibrada, especialmente a través del consumo de frutas y hortalizas. La colaboración con cocineros reconocidos permite que estos productos lleguen de forma atractiva al consumidor mientras que la labor de divulgadores y profesionales de la salud resulta clave para educar a una ciudadanía informada y con capacidad de elección. En palabras de Morales, “los chefs son grandes embajadores de los productos hortícolas, y su implicación ayuda a posicionarlos como alimentos sanos, sabrosos y de calidad”.
¿Qué tipo de innovación estáis desarrollando para facilitar el trabajo del agricultor o mejorar la experiencia del consumidor?
Una de las líneas prioritarias de trabajo es la adaptación varietal a la mecanización. En cultivos como el brócoli, por ejemplo, se está avanzando hacia plantas que permitan una recolección más eficiente, facilitando así la reducción de costes y la mejora de la competitividad del agricultor.
También se trabaja en mejorar atributos organolépticos. En tomate, Sakata está centrando parte de su investigación en el sabor, entendiendo que esta es la clave para fidelizar al consumidor. Como ejemplo, Morales menciona el caso del Bimi®, una variedad de brócoli que, gracias a su sabor más suave y agradable, ha conseguido ampliar su base de consumo sin renunciar a los beneficios nutricionales del producto original.
Estas innovaciones reflejan una estrategia centrada en aportar valor tanto al productor como al consumidor final, generando variedades que cumplan con los nuevos requerimientos del mercado sin perder de vista la sostenibilidad, el rendimiento y la calidad.