Un gran cantidad de alimentos se desperdician cada año en Europa. Se trata de alimentos que ya no se van a destinar al consumo humano pero que no presentan ningún problema de seguridad sanitaria. El motivo de que no se destinen al consumo humano puede ser cuestiones logísticas, porque se ha producido algún error en el proceso de fabricación (como pueden ser galletas que se han roto o cereales de desayuno a los que no se les ha proporcionado bien el sabor) o porque han sobrado en exceso (como después de la Navidades o de un evento deportivo).
Actualmente, solo 3,5 millones de toneladas de alimentos sobrantes en la UE se transforman en alimentación animal, según la estimación de la Asociación Europea de Transformadores de sobras de alimentos (EFFPA). En España se transforman unas 300.000 tn de alimentos sobrantes y en Portugal unas 30.000 tn, según cifras de la empresa española Promic.
En la Conferencia de alto nivel que la Comisión Europea ha organizado en la Expo de Milán, la Asociación ha pedido que se clarifique el marco regulatorio para los procesadores de estos alimentos sobrantes, a través de la planeada propuesta de economía circular, aclarando que se trata de subproductos y no de residuos. La Asociación cree que con la adecuada legislación, la industria transformadora podría doblar su actual producción de alimentación animal cuyo origen son las sobras de alimentos.
EFFPA se constituyó en enero de 2014 y cuenta como miembros, con 4 asociaciones nacionales de Reino Unido, Holanda, Alemania y Francia así como con 4 empresas, de Bélgica, Italia, Grecia y España. La empresa española es Promic.
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