La Comisión del Codex Alimentarius está celebrando esta semana en Ginebra su 137 sesión para examinar normas sobre la inocuidad y la calidad de los alimentos.
Una de las decisiones ya tomadas es que se han aceptado las directrices para combatir el parásito Trichinella spp. en la carne de cerdo. Las directrices adoptadas establecen las obligaciones de éxamen de las canales en función del riesgo de que los cerdos padezcan este parásito. En las zonas donde el riesgo de que los cerdos padezcan este parásito es insignificante, los agricultores ya no están obligados a examinar cada canal de forma individual.
Estas directrices en base al riesgo quieren garantizar que toda la carne de cerdo es inocua y a la vez, que los recursos para el control alimentario liberados puedan ser utilizados donde más se necesitan. La carne porcina de las zonas de escaso riesgo puede ser objeto de comercio sin pruebas extensivas, mientras que las canales de las zonas donde hay riesgo de contagio de Trichinella continuarán siendo examinadas a fondo.
La Trichinella es un parásito que puede encontrarse en la carne de los cerdos y otros animales. Cuando las personas comen carne producida por los animales infectados con Trichinella, que está cruda o poco cocinada, pueden permanecer en ella algunos parásitos y causar una enfermedad aguda y grave. Las leyes que exigen examinar de forma intensiva las canales para asegurarse que la carne no está infectada por Trichinella han sido prácticas de salud pública veterinaria durante más de un siglo.
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